Un trabajo publicado en la revista científica New England Journal of Medicine liderado por el Institute Gustave Roussy, y que ha contado con la colaboración destacada del oncólogo médico y jefe de grupo de investigación del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (IDIBELL) y del Instituto Catalán de Oncología (ICO), Josep Ma Piulats, demuestra que los pacientes con cáncer de próstata tratados con un inhibidor del PARP, llamado Rucaparib, tardan casi el doble en progresar la enfermedad que los que son tratados con la quimioterapia convencional en los tumores con mutaciones BRCA. El estudio se ha presentado en el Simposio de Cánceres Genitourinarios de la American Society of Clinical Oncology (ASCO) celebrado el pasado fin de semana en la ciudad de San Francisco (EE.UU.).
Estos resultados son importantes porque los tumores de próstata con mutaciones en BRCA son un subgrupo, dentro de este tipo de tumores, con mal pronóstico en el que los tratamientos hormonales no acaban de funcionar del todo. Si tenemos en cuenta que este tipo de pacientes representan entre el 8 y el 10% del total de los pacientes afectados por cáncer de próstata, ésta sería una alternativa terapéutica en este grupo de pacientes con peor pronóstico.
¿Qué es un inhibidor de PARP?
Los inhibidores son una familia de fármacos que impiden la acción de la enzima PARP (poli-ADP-ribosa-polimerasa), que ayuda a reparar el daño en el ADN.
Cuando las células cancerígenas tienen daños en su ADN, su viabilidad está comprometida y gracias a esta enzima, pueden repararlo. Si un fármaco impide la acción de la enzima, esta reparación se impide y puede llevar a la destrucción de la célula.
¿Cómo se ha realizado este estudio?
El estudio TRITON3 es un ensayo clínico Fase III en pacientes con cáncer de próstata resistente a la castración que se les ha administrado, previamente, agentes hormonales de nueva generación. En este tipo de situación, el tratamiento estándar es la quimioterapia con Docetaxel muy tóxica y que, en este tipo de pacientes pretratados con hormonas de nueva generación, no es muy efectiva.
Así pues, en este estudio, de un total de 4.855 pacientes con mutaciones BRCA1, BRCA2 y ATM, se han aleatorizado 270 que han sido tratados con un inhibidor del PARP llamado Rucaparib y el resto con una hormona de nueva generación o un tratamiento de quimioterapia con Docetaxel. Cabe destacar que la mitad de los investigadores/as decidieron realizar el tratamiento quimioterápico tradicional con Docetaxel. «Es por este motivo que los resultados de este estudio son importantes ya que compara, directamente, al inhibidor contra el tratamiento quimioterápico convencional» afirma Josep Ma Piulats, segundo autor del estudio.
Una vez analizados los resultados, se ha podido observar que los pacientes tratados con Rucaparib tardan casi el doble en progresar la enfermedad comparado con el tratamiento estándar (de 6 meses a 11 meses). Estos resultados son importantes porque los tumores de próstata con mutaciones en BRCA son un subgrupo, dentro de este tipo de tumores, con mal pronóstico en el que los tratamientos hormonales no acaban de funcionar del todo. Por tanto, esta sería una muy buena alternativa terapéutica para este tipo de pacientes con mutaciones BRCA en cáncer de próstata, que representan entre el 8 al 10% del total de casos en este tipo de tumor.
Para el oncólogo médico especializado en cáncer de próstata del Instituto Catalán de Oncología-IDIBELL y segundo autor del estudio, Josep Ma Piulats, “ estos resultados confirman la entrada en la nueva era de la medicina personalizada de los pacientes con cáncer de próstata” y añade “actualmente todos los pacientes con cáncer de próstata avanzado deberían ser testados por mutaciones BRCA 1 y 2 puesto que esto, no sólo da información pronóstica, sino predictiva de respuesta a un tratamiento contra la diana molecular”. Para Piulats estos resultados abren una alternativa terapéutica mejor que la quimioterapia convencional por un grupo de pacientes con enfermedad muy agresiva.
El Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (IDIBELL) es un centro de investigación en biomedicina creado en 2004. Está participado por el Hospital Universitario de Bellvitge y el Hospital de Viladecans del Instituto Catalán de la Salud, el Instituto Catalán de Oncología, la Universidad de Barcelona y el Ayuntamiento de L’Hospitalet de Llobregat.
El IDIBELL es miembro del Campus de Excelencia Internacional de la Universidad de Barcelona HUBc y forma parte de la institución CERCA de la Generalitat de Catalunya. En 2009 se convirtió en uno de los cinco primeros centros de investigación españoles acreditados como instituto de investigación sanitaria por el Instituto de Salud Carlos III. Además, forma parte del programa «HR Excellence in Research» de la Unión Europea y es miembro de EATRIS y REGIC. Desde el año 2018, IDIBELL es un Centro Acreditado de la Fundación Científica AECC (FCAECC).