Científicos del IDIBELL encuentran un compuesto que extiende la esperanza de vida en ratones

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El envejecimiento de la población está causando un aumento de las enfermedades relacionadas con la edad en todo el mundo, su prevención se está convirtiendo en un importante problema social, económico y médico. Por esta razón, necesitamos comprender mejor los mecanismos moleculares y celulares involucrados en este proceso, y así diseñar estrategias que permitan un envejecimiento saludable.

En este sentido, múltiples estudios, en organismos que van desde moscas hasta humanos, ya han demostrado que la genética juega un papel importante en la determinación de la longevidad. Sin embargo, también existen métodos sólidos y reproducibles que extienden la esperanza de vida por medios no genéticos, como la restricción dietética o los compuestos farmacológicos, lo que abre la puerta a nuevas estrategias terapéuticas.

Por ejemplo, investigaciones anteriores demostraron que la actividad de una proteína llamada Cdc42 estaba elevada en el corazón, cerebro, pulmones, hígado, médula ósea, bazo y riñones de los ratones de edad avanzada. Luego se demostró que esta actividad elevada limitaba la vida útil de los ratones. Ahora, en un estudio liderado por la Dra. M. Carolina Florian, jefa de grupo del Programa de Medicina Regenerativa del IDIBELL y del Programa de Translación Clínica de la Medicina Regenerativa de Cataluña (P-CMR[C]), y por el Prof. Hartmut Geiger de la Universidad Alemana de Ulm, demostró que un tratamiento de 4 días en ratones de edad avanzada con un inhibidor específico de la actividad de Cdc42, llamado CASIN, extiende la vida media y máxima murina en más del 10%.

Esta innovadora investigación, realizada en colaboración con el profesor Yi Zheng del Centro Médico del Hospital Infantil de Cincinnati (EE. UU.), se ha publicado en la revista Aging Cell esta semana. Los datos publicados demuestran que los animales tratados también mostraban niveles juveniles de citocinas inflamatorias asociadas al envejecimiento (INFg, IL-1a e IL-1b) y tenían señales epigenéticas propias de edades más tempranas, tal y como mostraban los niveles de metilación del ADN de las células sanguíneas.  Sorprendentemente, todos estos efectos fueron visibles cuando los ratones ya tenían una edad avanzada y habían sido tratados por tan sólo 4 días.

Los hallazgos de Florian y sus compañeros se suman a la creciente evidencia de que el deterioro funcional de los organismos podría ser reversible mediante intervenciones farmacológicas. Estos resultados podrían conducir a tratamientos de patologías asociadas a la edad y ayudar a mantener la capacidad regenerativa de las células, lo que sería beneficioso para extender la esperanza de vida.

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