La gestión de los pacientes hemato-oncológicos en tiempos de Covid-19

Lancet

A principios de abril el equipo de Anna Sureda publicó una reflexión, en la revista Lancet Hematology, sobre la gestión de pacientes con cáncer en tiempos de Covid-19. En el momento de escribir el artículo, la ola solo estaba llegando, había que organizar el personal sanitario y los pacientes para afrontarla de la mejor manera posible. Ahora pasadas unas semanas, hemos hablado con ellos para que nos cuenten qué los llevó a hacer esta reflexión, como han ido gestionando las diferentes medidas que implantaron, y qué conclusiones están sacando.

El Dr. Alberto Mussetti, primer autor del artículo, trabaja en el equipo de Sureda en el grupo de Tumores del Sistema Hematopoyético del IDIBELL y el Servicio de Hematología Clínica del ICO. Mussetti es italiano y anteriormente había trabajado en Milán. Cuando aquí la gran ola de la pandemia aún estaba por llegar, él ya recibía informaciones de sus excompañeros que le indicaban la necesidad de crear un plan para gestionar los pacientes onco-hematológicos. En ese momento la información proveniente de Italia y Asia era muy valiosa para saber qué estaba por venir y cómo afrontarlo. La Dra. Clara Maluquer indica que, en el momento de escribir el artículo, aquí se estaban empezando a organizar médicos y servicios de hospitales, pero también había que organizar los pacientes, especialmente los pacientes oncológicos, ya que posiblemente tenían un mayor riesgo de infección por Covid-19, o que ésta fuera más grave.

Los pacientes oncológicos son pacientes que se encuentran inmunodeprimidos a consecuencia de los tratamientos que reciben para su enfermedad, esto les hace especialmente sensibles a infecciones como la del SARS-CoV-2. Además, suelen ser pacientes de edad avanzada lo que supone otro factor de riesgo. Para proteger estos pacientes, evitando colapsar más un sistema que se preveía colapsado, el artículo planteaba tres recomendaciones básicas: posponer visitas y tratamiento de pacientes oncológicos que fueran aplazables, crear barreras físicas entre estos pacientes y los pacientes Covid-19, y finalmente, potenciar el uso de herramientas telemáticas y de telemedicina.

 

Aplazar todo lo que era aplazable

 

La Dra. Anna Sureda indica que se ha evaluado caso por caso, haciendo balance entre riesgo y beneficio, «el cáncer es una enfermedad que puede ser mortal, ¿hasta dónde asumimos el riesgo de la Covid-19 y hasta donde el propio riesgo del cáncer? » se pregunta.

Durante estas semanas el Dr. Musetti ha estado recogiendo datos de cómo las recomendaciones dadas estaban afectando al Servicio de Hematología Clínica, datos con los que está preparando un artículo. Nos adelanta que la disminución de visitas ha sido muy significativa, han bajado hasta un 50-60% las primeras visitas y han disminuido los tratamientos que podían esperar unas semanas. En cuanto a las primeras visitas, se trata de pacientes que todavía no tienen un diagnóstico, que debido a la situación evitan ir al hospital por miedo, esto ha supuesto un retraso del diagnóstico y de las primeras visitas.

La Dra. Clara Maluquer nos habla de un caso muy especial, los ensayos clínicos. Explica que en estos estudios participan pacientes que no tienen tantas opciones de tratamiento, y que, por lo tanto, en muchos casos el aplazamiento no era factible. Sin embargo, asegura que muchos de estos ensayos han parado el reclutamiento para no probar nuevas moléculas de las que no se conocía los efectos secundarios y el grado de inmunosupresión que provocaban. Todo con el objetivo de no sobrecargar un sistema que ya se encontraba muy tensado.

 

Barrera física

 

En Lombardía se habían asignado dos institutos oncológicos como centros libres de coronavirus, en los que no se trataban pacientes afectados por el virus. En las recomendaciones planteadas en el artículo, también se proponía crear algún tipo de barrera física que impidiera el contacto de los pacientes oncológicos y de Covid-19.

La distribución de los hospitales del campus de Bellvitge ha supuesto una ventaja, el Hospital Duran y Reynals, dónde se encuentra el ICO, está separado por una autovía del Hospital de Bellvitge, donde la carga viral era más elevada. Esto ha permitido crear un compartimento estanco, ya que los pacientes oncológicos no pasaban por el Hospital de Bellvitge.

 

Telemedicina

 

Los investigadores aseguran que todos los servicios del Hospital han procurado cambiar todas las visitas que fueran posibles a visitas telefónicas, los datos indican que estas han aumentado hasta un 500-600% en las últimas semanas.

El equipo ya ha empezado una iniciativa para la implantación de una aplicación telefónica de seguimiento de pacientes Covid. Se trata de una herramienta no invasiva, dónde los pacientes diagnosticados harán seguimiento de diferentes parámetros médicos como la presión arterial, ritmo cardíaco o saturación de oxígeno en sangre. Esto permitirá a los médicos poder hacer un seguimiento exhaustivo y a distancia de sus pacientes.

Mussetti compara la pandemia del Covid con un tsunami que lo arrasa todo, y ahora que parece que lo peor ya ha pasado podemos empezar a evaluar los destrozos, estudiar el efecto de las medidas tomadas, y poner en valor todo lo aprendido. Anna Sureda, indica que han tenido que aprender muy deprisa, pero que probablemente muchas de las nuevas lecciones han entrado para quedarse, como es el caso del uso de las nuevas tecnologías en la medicina.

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