Un solo virus ha sido capaz de expandirse por todo el mundo en pocos meses y de casi paralizar la economía de los países durante todo un año: el SARS-CoV2. Durante este tiempo, las restricciones no han parado de acumularse y elementos como las mascarillas han pasado a ser imprescindibles. Sin embargo, la amenaza de una cuarta ola es real y mientras investigamos para encontrar una cura, las vacunas son la solución más factible para poder controlar la epidemia. Desgraciadamente, a pesar de la innegable necesidad, aparecen dudas sobre si las vacunas actuales son seguras o eficaces.
Hemos hablado con el Dr. Xavier Bosch, investigador principal del grupo de investigación en infecciones y cáncer del IDIBELL, médico en el ICO, profesor en la UOC y experto en la vacuna contra el VPH (virus del papiloma humano), sobre el reto que supone la vacunación a gran escala contra la COVID-19 y las reticencias que todo este proceso está generando.
El Dr. Bosch comenta que hay parte de la población que, debido a la rapidez de la aparición de las vacunas, duda de si se han cubierto todas las fases de desarrollo necesarias, y asegura que la respuesta es «rotundamente sí, son seguras y efectivas«. A pesar de ser rápido, el diseño de las nuevas vacunas se ha hecho de acuerdo con la experiencia que ya se tenía de otros coronavirus anteriores. Además, ha habido una solidaridad científica internacional sin precedentes, se han compartido los resultados en tiempo real con toda la comunidad científica y con las agencias de evaluación de seguridad y eficacia de las vacunas. Otro evento sin precedentes, que ha acelerado la aparición de las vacunas, es el hecho de que se inició la producción antes de terminar las fases del ensayo clínico, así una vez finalizados los ensayos ya se tenían las vacunas disponibles.
«Si una persona tiene dudas sobre si se debería vacunar, lo que tenemos que hacer es resolver estas dudas» asegura Bosch. El gran esfuerzo comunicativo de los medios de comunicación, científicos e instituciones para resolver estas dudas está haciendo que las resistencias a las vacunaciones sean minoritarias. «En los primeros grupos que se han ofrecido las vacunas, personas mayores y sanitarios, la decisión de no vacunarse es anecdótica», y añade, «seguro que las primeras resistencias son una reacción inicial que irá decayendo a medida que extienda la vacunación «.
Aun así, Xavier Bosch alerta que es importante tener en cuenta que estamos dando prioridad de vacunación a la población más frágil, gente mayor ingresada en residencias. Estas personas, ya de por sí, tienen una mortalidad muy elevada debido a las patologías asociadas que a menudo sufren. Esto quiere decir que de manera espontánea pueden morir a consecuencia de estas complicaciones, independientes a la COVID-19. Por lo tanto, es importante no relacionar estas muertes con la vacunación. «No debemos permitir que falsas asociaciones temporales, puramente por azar, en los medios de comunicación, se conviertan en efectos secundarios atribuibles a las vacunas«.
«No debemos permitir que falsas asociaciones temporales, puramente por azar, en los medios de comunicación, se conviertan en efectos secundarios atribuibles a las vacunas«
Bosch indica que hace falta una lluvia de buenas noticias, como el caso de Israel. En este país ya se ha llegado a un 40% de la vacunación (en el momento de la entrevista), y se ha decidido utilizar la información sobre su campaña de vacunación para ilustrar la potencia y la capacidad de estas vacunas. Por lo tanto, pronto sabremos el impacto de la vacunación en los ciudadanos, lo que resolverá dudas a aquellas personas que aún tengan ciertas reticencias.
La limitación más importante de esta campaña de vacunación es la producción de la misma vacuna, ya que no podemos producir suficiente cantidad para que llegue a todos al mismo tiempo. La falta de viales hace aflorar las grandes diferencias socioeconómicas entre países. Así pues, mientras algunos países ya han encargado viales para vacunar dos o tres veces toda su población, hay otros que sólo tienen vacunas para un 20% de su gente. «Las regiones más ricas, como Europa o EE. UU., ya han hecho sus listas de la compra, pero ahora el problema es producir suficiente vacuna para satisfacer estas demandas«, asegura el Dr. Bosch.
«Las regiones más ricas, como Europa o EE. UU., ya han hecho sus listas de la compra, pero ahora el problema es producir suficiente vacuna para satisfacer estas demandas«
Finalmente, hay que destacar el gran progreso tecnológico que representa la aparición de las vacunas de ARN. Este es un modelo de vacuna que hacía tiempo que se estaba investigando y que la COVID-19 ha acelerado extraordinariamente. Ahora, una vez puesta a punto la tecnología, no sólo serán útiles para combatir esta pandemia, sino que se podrán adaptar para tratar otras patologías sin tratamiento hasta ahora. Y lo mismo ha pasado con las técnicas diagnósticas, hemos pasado de PCR que tardaban tres o cuatro días, a pruebas que te puedes hacer tú mismo, tienes el resultado en horas, y cubres el 80-90% de las PCR. Esto también se podrá aplicar a muchas otras patologías en el futuro.