Descifran los mecanismos implicados en la actividad antitumoral tras la inhibición de la formación de nuevos ribosomas

  • Un grupo de investigación del IDIBELL, ha publicado en la revista Blood sus descubrimientos sobre los mecanismos celulares responsables de parar el crecimiento tumoral al bloquear la formación de nuevos ribosomas.
  •  Los científicos han observado que en determinados canceres, como algunos linfomas, este bloqueo puede desencadenar la muerte celular programada.
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Los linfomas causados por afectaciones del gen myc poseen una elevada dependencia de la formación de nuevos ribosomas, la maquinaria celular responsable de la síntesis de proteínas. Estos, como la mayoría de canceres, poseen una tasa de crecimiento celular elevada por lo que necesitan del aporte de nuevas proteínas para mantenerse. Esta alta dependencia convierte el proceso de formación de nuevos ribosomas en una diana terapéutica ideal.

Estudios previos ya han demostrado que la inhibición de la formación de nuevos ribosomas supone una disminución del crecimiento de las células tumorales. No obstante, el mecanismo por el cuál esto ocurre sigue siendo una incógnita.

El equipo de Metabolismo y Cáncer del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (IDIBELL) liderado por los Drs. Joffrey Pelletier y George Thomas acaba de sacar un artículo en el que describen que: la inhibición de la formación de nuevos ribosomas no sólo conlleva una disminución de la síntesis de proteínas, y en consecuencia una bajada en la proliferación de las células tumorales, sino que también promueve la muerte de las células tumorales.

Asimismo, el estudio publicado hoy en la revista Blood, también demuestra que la activación de estas vías de muerte es el mecanismo de acción utilizado por el fármaco quimioterápico Actinomicina D. Este fármaco, inicialmente usado como antibiótico, inhibe la formación de ARN ribosomal y por tanto la formación de nuevas de proteínas.

En ambos casos, la vía de muerte activada por las células tumorales implica uno de los supresores de tumores más importantes, p53. Además, también participa MCL-1, una proteína esencial para la supervivencia tumoral que ha despertado un gran interés como diana terapéutica en los últimos años.

Un detalle interesante del estudio, como nos dice la Dra. Ana Domostegui, es que sólo algunos de los componentes que participan en la formación de nuevos ribosomas a su vez están involucrados en la activación de la muerte celular programada en los linfomas dependientes de myc. Del mismo modo, la Actinomicina D utiliza esta vía, con los mismos componentes, para promover la muerte celular y así parar la progresión tumoral.

 

Inhibir la formación de ribosomas: ¿Nueva estrategia contra Myc?

 

Myc es un gen que regula gran cantidad de procesos celulares: el crecimiento celular, el ciclo de división, la síntesis de proteínas, etc. Todos, procesos también dependientes de la biogénesis de ribosomas. Su implicación en procesos tan importantes explica porque myc se encuentra desregulado en el 70% de los canceres humanos.

Por otra parte, la desregulación de myc también puede ser un proceso intrínseco de supresión de tumores, activando vías de muerte celular programada y senescencia, Este papel de myc hace que, para el desarrollo de linfomas, u otros tipos de cáncer, la evasión de este proceso intrínseco sea necesario para que la enfermedad se desarrolle.

Llevamos años tratando de inhibir myc pero hasta ahora no se ha tenido demasiado éxito” nos comenta la Dra. Domostegui, primera autora del trabajo, y agrega “nuestra estrategia consiste en atacar uno de los puntos flacos de estos tumores, la formación de ribosomas, utilizando la Actinomicina D, un fármaco que lleva años aprobado, por lo que la posibilidad de ofrecer un tratamiento a pacientes con estos tipos de linfomas está al alcance de la mano.”

 

Colaboraciones

 

Este trabajo ha sido posible gracias a la colaboración de científicos de centros como la División de Hematología Oncológica de la Universidad de Cincinnati, la Universidad de Barcelona, el Instituto de Investigaciones Biomédicas Pi i Sunyer (IDIBAPS), el Instituto Catalán de Oncología (ICO), y el Centro de Cáncer Peter MacCallum y el Instituto de Investigación Médica Walter and Eliza Hall ambos de Melbourne, Australia.

 

 

El Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (IDIBELL) es un centro de investigación en biomedicina creado en 2004. Está participado por el Hospital Universitario de Bellvitge y el Hospital de Viladecans del Instituto Catalán de la Salud, el Instituto Catalán de Oncología, la Universidad de Barcelona y el Ayuntamiento de L’Hospitalet de Llobregat.

El IDIBELL es miembro del Campus de Excelencia Internacional de la Universidad de Barcelona HUBc y forma parte de la institución CERCA de la Generalitat de Catalunya. En 2009 se convirtió en uno de los cinco primeros centros de investigación españoles acreditados como instituto de investigación sanitaria por el Instituto de Salud Carlos III. Además, forma parte del programa «HR Excellence in Research» de la Unión Europea y es miembro de EATRIS y REGIC. Desde el año 2018, IDIBELL es un Centro Acreditado de la Fundación Científica AECC (FCAECC).

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