En un 10% de los tumores humanos existe una historia familiar de la enfermedad asociada a mutaciones hereditarias en genes identificados. Los mayores ejemplos son los casos de poliposis en el intestino grueso asociados al gen APC y los de cáncer de mama asociado a los genes BRCA1 y BRCA2. En el 90% de casos restantes se cree que existe un mayor riesgo de desarrollar un cáncer en relación a variantes genéticas de menor potencia pero mayor frecuencia, que por ejemplo, doblan el riesgo de tener el tumor respecto a una persona que no posee este pequeño cambio, denominado polimorfismo.
En la última década se han realizado centenares de estudios buscando polimorfismos asociados a una mayor propensión a padecer alguno de los tumores humanos más frecuentes. Estos análisis, llamados GWAS, han encontrado un problema frecuente: muchas veces el diminuto cambio genético observado no parece tener ninguna actividad o función que explique porque se asocia a más cáncer.
Hoy, un artículo publicado en Cell Reports dirigido por Manel Esteller, Director del Programa de Epigenética y Biología del Cáncer del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (IDIBELL), Investigador ICREA y Profesor de Genética de la Universidad de Barcelona, resuelve en parte este enigma. La investigación demuestra que en uno de cada cuatro tumores humanos la existencia de polimorfismos genéticos asociados a un mayor riesgo de cáncer causan un cambio epigenético que cambia la expresión de los genes colindantes.
“El trabajo representa un esfuerzo hercúleo de analizar bioinformáticamente muchísima información biológica. Para ser exactos hemos estudiado un millón de cambios genéticos en relación a medio millón de cambios epigenéticos en 3.500 tumores que representan los trece canceres más comunes, entre ellos el cáncer de mama, pulmón y colon” comenta Manel Esteller.
“Hemos observado en un 25% de casos polimorfismos genéticos asociados a un incremento del cáncer, pero que no alteraban directamente al gen, lo que provocaban era un cambio de metilación del ADN; es decir apagaban el gen sin romperlo. Estos resultados permiten añadir los cambios epigenéticos como otro factor clave a considerar en la herencia del cáncer y la contribución del componente familiar a la enfermedad” concluye Esteller.
Referencia del artículo
Heyn H, Sayols S, Moutinho C, Vidal E, Sanchez-Mut JV, Stefansson OA, Nadal E, Moran S, Eyfjord JE, Gonzalez-Suarez E, Pujana MA, Esteller M. Linkage of DNA Methylation Quantitative Trait Loci to Human Cancer Risk. Cell Reports, DOI: 10.1016/j.celrep.2014.03.016, 2014.