Nature, publicado por primera vez en 1869, es la principal revista científica semanal internacional. La mayoría de las revistas científicas están altamente especializadas, y Nature es una de las pocas que aún publican artículos originales de investigación en una amplia gama de campos científicos.
Nature es una publicación de propiedad privada. El Nature Published Group (NPG) incluye Nature, Nature Research Journals, Nature Review journals y revistas académicas (por ejemplo, Oncogene, BJC). La oficina principal del grupo está en King Cross (Londres).
La nueva generación de editores
«La formación es muy importante, por ejemplo tener un doctorado y posdoctorado. En mi caso, tengo un doctorado en el Laboratorio de Nancy Hynes, FMI, y un postdoctorado en el laboratorio de Julian Downward, ICRF en Londres», dijo Barbara Marte, editora sénior de Nature, en la conferencia del pasado 6 de julio en IDIBELL.
La editorial de Biología de la revista recibe alrededor de 150 documentos, entre cartas y artículos, a la semana y el 75-80% de ellos se devuelven sin revisión. El número de envíos se ha incrementado. En 2011, fueron más de 10.000 envíos. Nature.com recibe más de 6 millones de visitas al mes con acceso a las publicaciones de NPG, así como a sus bases de datos y servicios en línea.
¿Qué busca Nature?
«Buscamos contenido técnicamente sólido, evaluada en revisión por pares. También nos interesa la contribución en el campo, impacto a largo plazo, con importantes implicaciones para otras direcciones de la investigación, incluyendo la traslacional y clínica. Entre nuestras consideraciones están el avance conceptual frente al incremental, la profundidad de los resultados, con carácter definitivo, los recursos de la comunidad, y el interés de una audiencia científica amplia», dijo Marte.
“Se emplea entre 2 y 4 revisores por artículo. Se obtienen de una «base de datos» o de los propios revisores. Constantemente se agregan nuevos evaluadores a la lista y algunos revisores “malos” son descartados», continuó la editora.
El experto técnico debe realizar una evaluación técnica y juzgar la calidad general de los datos. Puede decidir la aceptación de su publicación, el rechazo del artículo, sugerir su publicación en otra revista o invitar a una revisión, respondiendo a los comentarios de los revisores.
La decisión tras la revisión
«A menudo los revisores no se ponen de acuerdo. Los editores han de tomar decisiones basándose en argumentos objetivos. Los editores, y no las opiniones, en última instancia, deciden qué se publica en Nature», dijo Marte.
Al final, se trata de una decisión del propio editor publicar un artículo en Nature o en Nature Reseach. Hay casos de rechazos famosos, como el de Fermi. Cuando Enrico Fermi presentó su artículo sobre la teoría de la interacción débil de la desintegración beta, Nature rechazó el trabajo porque se consideró demasiado alejado de la realidad. Finalmente Nature lo recogió 5 años después de haber sido publicado por Zeitschrift für Physik (1934), una vez que su trabajo había sido ampliamente aceptado.
Recursos. ¿Qué ayuda?
Los editores de Nature consideran cuidadosamente los recursos presentados al rechazo. Todas las apelaciones son revisadas por un editor y, por lo menos, un editor sénior. «Hay que dar datos adicionales, con argumentos convincentes que los editores o los revisores consideraron importantes, etc. Y no ayudan frases tipo “es la piedra de Rosetta de la investigación” en este campo de investigación», admitió Marte.
El número de artículos con posibles reclamaciones en Nature supera con mucho el número que se puede publicar cada semana, por lo que los editores se ven forzados a tomar decisiones difíciles.
«A menudo hablamos sobre la conveniencia o no de conocer a los autores. Incluso si los evaluadores desconocen a los autores, pueden existir algunos conflictos, como algunos comentarios que pueden hacer los revisores», declaró la editora.
¿Era más fácil publicar antes que en la actualidad? “No estoy segura. No tengo esa sensación. Estamos publicando más documentos que antes. La calidad y el interés es enorme», concluye Barbara Marte.