Licenciada y doctora en biología por la Universidad Autónoma de Barcelona, Virginia Nunes inició su carrera científica a finales de los años 70, cuando se incorporó al servicio de Hematología del Hospital de Sant Pau con su amigo y compañero de la carrera de biología, Fèlix Rueda. Destacaba por su gran inteligencia y capacidad de trabajo, así como por su empatía, generosidad, amistad y valentía.
Después de una estancia en París para formarse en genética humana, regresó al Hospital de Sant Pau para trabajar con el grupo de genética humana liderado por la Dra. Baget y el Dr. Estivill. A finales de los años 90, se trasladó al Instituto de Investigación Oncológica (IRO), que más tarde se convertiría en el IDIBELL, del que fue una de las miembras fundadoras y donde se convirtió en responsable del Centro de Genética Médica y Molecular. Más adelante se convirtió en la jefa del grupo de Genética Molecular Humana y coordinadora del Programa de Genes, Enfermedad y Terapia, también del IDIBELL.
El foco de su investigación se centró en la identificación de las bases genéticas de varias enfermedades hereditarias. Contribuyó significativamente al desarrollo de nuevas técnicas de diagnóstico molecular, avanzando en la comprensión de los mecanismos genéticos que provocan enfermedades como la cistinuria o el Síndrome de Wolfram y en la creación de tratamientos más efectivos.
La Dra. Nunes era conocida por su gran empatía, manteniendo siempre las puertas de su despacho abiertas para escuchar y ayudar a quien lo necesitaba. Su valentía era palpable en la defensa de las causas que consideraba justas, hablando con sinceridad y sin ataduras, por lo que se ganó el respeto y la amistad de muchos compañeros. Además, era una persona enormemente generosa, ayudando a todos, tanto emocional como materialmente, siempre que podía.
Virginia Nunes también era una persona poco convencional, que priorizaba sus ideas y creencias, haciendo gala de una alegría y originalidad que la hacían única. Sus colegas y amigos la recordarán como una gran amiga y muy ocurrente.
Su contribución a la genética y su dedicación a la investigación han sido fundamentales para los avances en este campo. Su pérdida deja un vacío enorme en el IDIBELL y en toda la comunidad científica.
Desde el IDIBELL queremos transmitir nuestro más sentido pésame a la familia y amigos de la Dra. Nunes. Su dedicación, humanidad y excelencia científica serán recordadas para siempre.
Descansa en paz, Virginia.