El Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (IDIBELL), el Hospital del Mar, la Universidad de Helsinki y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) colaboran en un proyecto conjunto para analizar los beneficios de una terapia nueva en entrenamiento musical que se llevará a término en casa de los pacientes, cuando ya han acabado su tratamiento de recuperación en el hospital. El estudio ya está en marcha y consiste en facilitar a los pacientes, con secuelas en la movilidad del brazo y la mano, un teclado que simula el de un piano y que se vincula a una tableta inteligente. Esto les permite continuar haciendo ejercicios de recuperación en su domicilio que van progresando de forma gradual y programada en dificultad. La aplicación (APP) que se ha creado para facilitar este aprendizaje está dirigida a motivar a los pacientes para mejorar y progresar en sus ejercicios musicales, valorando su ejecución (aplicando estrategias de gaming y refuerzo progresivo) y por tanto, creando un entorno que facilita que el paciente utilice la mano que tiene afectada constantemente para la realización de estos ejercicios. Se prevé que una treintena de personas participen en la iniciativa, que es financiada por La Marató de TV3.
Un ensayo clínico previo del mismo grupo ya había puesto de relieve los efectos beneficiosos de este tipo de terapia en pacientes que habían sufrido un ictus y que tenían secuelas de movilidad en las extremidades superiores. En él, demostraban que los pacientes tratados con terapia que incluye soporte musical (a través de instrumentos como el piano y tambores electrónicos) mejoraban también su calidad de vida y el estado de ánimo que los que sólo recibían terapia convencional. Ahora se trata, según la investigadora del IDIBELL la Dra. Jennifer Grau «de llevarlo a casa del paciente, para ofrecerle una terapia de mantenimiento durante la fase crónica de su enfermedad».
Trabajo en casa y en grupo
Los participantes en el estudio, todo ellos pacientes en la fase crónica de la patología que ya han terminado su fase de rehabilitación hospitalaria, trabajarán con el piano y la tableta en su casa y, una vez por semana, practicarán música con un profesor en pequeños combos (grupos de tres pacientes), monitorizados por un terapeuta. Dentro de estos grupos de trabajo, los pacientes tocaran piezas de música que hayan escogido y que irán practicando en casa posteriormente. Para ello, se cuenta con el apoyo de la Associació Superar L’Ictus-Barcelona. El diseño de la aplicación que permite hacer la terapia ha sido fruto del trabajo de un equipo de investigación en sistemas de aprendizaje liderado por el Dr. Josep Lluis Arcos en la UAB (IIIA-CSIC).
La intención del estudio es validar este sistema para permitir a los pacientes, que ya no reciben ningún tratamiento, mantener todo lo que han recuperado durante la rehabilitación, y al mismo tiempo, integrarse en la comunidad fomentando a la vez el vínculo con otros pacientes y profesionales. Está demostrado que durante esta fase se produce un retroceso por la falta de estímulos y la disminución de apoyo social. Por eso se quiere analizar si durante «esta fase crónica, a través del uso de nuevas tecnologías ligadas a la música, podemos promover que hagan actividad de mantenimiento en casa, y, a la vez, actividad social y de reintegración a la comunidad», explica la Dra. Jennifer Grau.
La Dra. Esther Duarte, jefe de servicio del Servicio de Medicina Física y Rehabilitación del Hospital del Mar, de donde proceden los participantes, apunta que los pacientes, cuando terminan el programa de rehabilitación, tienen «un deterioro funcional, dejan de hacer los ejercicios instruidos, no hacen suficiente actividad física, baja la motivación y crece la dependencia hacía sus cuidadores”.”A pesar que la rehabilitación acabe, debemos evitar el desuso i que las personas puedan trabajar en casa con intervenciones más motivadoras, divertidas y enfocadas a la personalidad y los intereses de cada persona», asegura.
El objetivo del nuevo estudio, que contará con 30 participantes, es analizar si la terapia musical se adapta a estos parámetros. En este sentido, el Dr. Arcos explica que la aplicación que su equipo ha diseñado permitirá «personalizar los tipos de ejercicios y actividades a realizar por los pacientes no sólo a nivel de dificultad, sino también en base a las preferencias musicales de cada uno», hecho que busca mejorar tanto la adherencia a la terapia como la monitorización del progreso de los que la siguen. «De este modo, también seremos capaces de detectar y afrontar dificultades de forma personalizada», añade. Además explica que se ha intentado ir más allá de la facilidad de navegación y uso, y que es posible.
De todas formas, explica el Dr. Antoni Rodríguez-Fornells, jefe del grupo de investigación en congición y plasticidad cerebral del IDIBELL, “estamos en una fase de estudio inicial, dónde es muy importante conseguir la participación de los pacientes con el fin de validar nuestras hipótesis. Creemos que esta mejona en el protocolo, combinando elementos de aprendizaje personal y soporte de grupo, permitirá que los pacientes se mantengan muy motivados por el tratamiento y que podamos lograr mejoras más notables en la recuperación del movimiento y la calidad de vida de los pacientes”.