El estrógeno es una hormona femenina esencial que cumple muchas funciones básicas en el organismo. Sin embargo, en ciertas ocasiones también puede originar o favorecer el crecimiento de algunos tipos de cáncer, como el de mama, ya que estimula el crecimiento y la división de las células tumorales.
Los tumores que responden al estrógeno se conocen como «positivos para el receptor de estrógeno» y se combaten, entre otros, con la administración de fármacos “anti- estrogénicos». Este tipo de tumores se da en aproximadamente dos tercios del total de pacientes. En muchos de estos casos, el tumor que inicialmente responde al tratamiento, termina haciéndose resistente, lo que provoca la progresión del cáncer.
Un estudio internacional liderado por la Unidad de Cáncer de Mama y el Laboratorio de Investigación Traslacional del ICO-IDIBELL que se publica en Breast Cancer Research ha analizado los mecanismos moleculares que facilitan la resistencia de las células cancerígenas a las terapias anti-estrogénicas.
El trabajo, encabezado por Miguel Ángel Pujana, ha identificado la actividad de la proteína VAV3 como clave en este proceso. Según el estudio, bajos niveles de expresión de VAV3 conllevan una mejor respuesta a la terapia hormonal (basada en tamoxifeno), mientras que una elevada expresión se asocia a una peor respuesta. Además han identificado variantes genéticas en el gen que codifica para VAV3 que predicen la respuesta a la terapia. Según esto, disminuir el nivel de expresión o actividad de VAV3 sería una buena estrategia para evitar la resistencia a los tratamientos anti-estrogénicos. En este sentido, el grupo de investigación ha iniciado estudios experimentales en modelos pre- clínicos.
06/06/2014