Los análisis moleculares podrían mejorar la detección precoz y la prevención del cáncer de endometrio

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El uso de biomarcadores moleculares en los muestreos mínimamente invasivos abre una perspectiva prometedora para la detección precoz del cáncer de endometrio. Esta es la conclusión a la que han llegado, en su último trabajo, los miembros del grupo de investigación Screenwide, formado por investigadores del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (IDIBELL) y del Instituto Catalán de Oncología (ICO-Hospitalet). El artículo que han elaborado, y que ha sido publicado en la revista International Journal of Cancer, remarca los vacíos que existen en el conocimiento actual para poder acelerar la implementación de nuevas tecnologías, con el objetivo de mejorar el cribado y la detección precoz en entornos clínicos de este tipo de cáncer de la mujer.

Gracias a la continuidad anatómica entre la cavidad uterina y el cuello del útero, la explotación genómica del material biológico proveniente de la prueba de Papanicolaou, o citología cervical, que se utiliza de rutina en programas de prevención de cáncer de cérvix, representan, junto con otros métodos de muestreo no invasivo, una oportunidad única para detectar signos de enfermedad del tracto genital superior. Este hecho puede contribuir a mejorar el diagnóstico y la prevención del cáncer de endometrio.

Actualmente, las estrategias de detección de los signos de este cáncer se limitan a las poblaciones de alto riesgo y en mujeres sintomáticas, ya que el 90 % de los cánceres de endometrio se presentan con sangrado anormal. Los nuevos análisis no sólo beneficiarán de forma clara estos casos: su potencial podría repercutir en un mejor cribado de las mujeres asintomáticas. Las pruebas moleculares pueden ayudar a refinar los algoritmos de diagnóstico actuales, ya que reducirán la tasa de fracaso del diagnóstico histológico clásico. Además, los métodos mínimamente invasivos son más apropiados en poblaciones amplias de mujeres asintomáticas, ya que se toleran mucho mejor. Las primeras mujeres en beneficiarse de este nuevo enfoque en la detección seran, seguramente, las que tienen antecedentes familiares de cáncer, como en el caso del síndrome de Lynch, debido a su elevado riesgo subyacente.

El grupo Screenwide se creó en 2016 con el objetivo de desarrollar herramientas de detección precoz y cribado del cáncer de endometrio y ovario. El equipo está liderado por el grupo de epidemiología (Dra. Laura Costas), con la alianza de los grupos de patología (Dr. Xavier Matias-Guiu), ginecología (Dr. Jordi Ponce), oncología (Dr. Josep Maria Piulats) , Procure (Dr. Álvaro Aytés), y consejo genético (Dr. Joan Brunet). El grupo cuenta con la colaboración internacional del Consorcio de Epidemiología del Cáncer de Endometrio (Dra. Sara Olson), de la John Hopkins University (Dr. Bert Vogelstein) y del Consorcio Forecee (Dr. Martin Widschwendter); y, a nivel nacional, con la del Vall d’Hebron Instituto de Investigación (VHIR; Dra. Eva Colás), entre otros. Durante los últimos dos años, el esfuerzo combinado de este grupo multidisciplinar ha permitido reclutar casi 500 mujeres y reunir más de 1600 muestras biológicas. Toda esta información será la base para poder evaluar nuevas estrategias de detección del cáncer de endometrio y ovario de forma precoz.

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