{"id":24544,"date":"2024-06-12T11:16:18","date_gmt":"2024-06-12T09:16:18","guid":{"rendered":"https:\/\/idibell.cat\/es\/?p=24544"},"modified":"2024-06-12T11:17:18","modified_gmt":"2024-06-12T09:17:18","slug":"la-exposicion-al-frio-y-al-calor-en-los-primeros-anos-de-vida-puede-afectar-al-desarrollo-de-la-materia-blanca-del-cerebro","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/idibell.cat\/es\/2024\/06\/la-exposicion-al-frio-y-al-calor-en-los-primeros-anos-de-vida-puede-afectar-al-desarrollo-de-la-materia-blanca-del-cerebro\/","title":{"rendered":"La exposici\u00f3n al fr\u00edo y al calor en los primeros a\u00f1os de vida puede afectar al desarrollo de la materia blanca del cerebro"},"content":{"rendered":"

Los esc\u00e1neres cerebrales realizados a m\u00e1s de 2.000 preadolescentes<\/strong> sugieren que la exposici\u00f3n al fr\u00edo y al calor en los primeros a\u00f1os de vida puede tener efectos duraderos en la microestructura de la materia blanca del cerebro, especialmente cuando se vive en barrios pobres. El estudio, publicado en Nature Climate Change<\/em><\/strong>, pone de manifiesto la vulnerabilidad de los fetos y de la poblaci\u00f3n infantil a las temperaturas extremas. Esta investigaci\u00f3n ha sido liderada por el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) y el IDIBELL, en colaboraci\u00f3n con el Erasmus University Medical Center Rotterdam (ERASMUS MC) y el Centro de Investigaci\u00f3n Biom\u00e9dica en Red (CIBER): \u00e1reas de Epidemiolog\u00eda Salud P\u00fablica (CIBERESP), y Salud Mental (CIBERSAM).<\/p>\n

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En la actual situaci\u00f3n de emergencia clim\u00e1tica, el impacto de las temperaturas extremas en la salud humana es una de las principales preocupaciones de la comunidad cient\u00edfica y la sociedad. La poblaci\u00f3n infantil es especialmente vulnerable<\/strong> a los cambios de temperatura, ya que sus mecanismos de termorregulaci\u00f3n son a\u00fan inmaduros.<\/p>\n

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\u201cSabemos que el cerebro en desarrollo de los fetos y de los ni\u00f1os y ni\u00f1as es particularmente susceptible a las exposiciones ambientales, y hay alguna evidencia de que la exposici\u00f3n al fr\u00edo y al calor puede afectar el bienestar mental y el rendimiento cognitivo en menores\u201d, afirma M\u00f2nica Guxens<\/strong>, investigadora de ISGlobal, Erasmus MC y CIBERESP. \u201cSin embargo, faltan estudios que eval\u00faen los posibles cambios en la estructura cerebral como resultado de estas exposiciones\u201d, a\u00f1ade.<\/p>\n

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En este estudio, el equipo de cient\u00edficos analiz\u00f3 la estructura de la sustancia blanca en el cerebro de preadolescentes para identificar ventanas de susceptibilidad a la exposici\u00f3n al fr\u00edo y al calor<\/strong> en los primeros a\u00f1os de vida. El an\u00e1lisis incluy\u00f3 a 2.681 ni\u00f1as y ni\u00f1os<\/strong> del Estudio Generaci\u00f3n R<\/a>, una cohorte de nacimiento de Rotterdam, que se sometieron a una resonancia magn\u00e9tica<\/strong> (IRM) entre los 9 y los 12 a\u00f1os<\/strong> de edad. El protocolo de IRM evalu\u00f3 la conectividad cerebral midiendo la magnitud y la direcci\u00f3n de la difusi\u00f3n del agua en la sustancia blanca del cerebro. En los cerebros m\u00e1s maduros, el agua fluye m\u00e1s en una sola direcci\u00f3n que en todas, lo que da valores m\u00e1s bajos para un marcador llamado difusividad media y valores m\u00e1s altos para otro marcador llamado anisotrop\u00eda fraccional. El equipo de investigaci\u00f3n utiliz\u00f3 un enfoque estad\u00edstico avanzado para estimar, para cada participante, la exposici\u00f3n a temperaturas medias mensuales desde la concepci\u00f3n hasta los 8 a\u00f1os de edad<\/strong>, y su efecto sobre estos par\u00e1metros de conectividad por resonancia magn\u00e9tica medidos a los 9-12 a\u00f1os.<\/p>\n

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Ventana de susceptibilidad entre el embarazo y los tres a\u00f1os<\/strong><\/p>\n

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Los resultados muestran que la exposici\u00f3n al fr\u00edo durante el embarazo y el primer a\u00f1o<\/strong> de vida, y la exposici\u00f3n al calor desde el nacimiento hasta los 3 a\u00f1os<\/strong> de edad se asociaron con una mayor difusividad media<\/strong> en la preadolescencia, lo cual apunta a una maduraci\u00f3n de la sustancia blanca m\u00e1s lenta.<\/p>\n

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\u201cLas fibras de la sustancia blanca se encargan de conectar las diferentes \u00e1reas del cerebro, lo que permite la comunicaci\u00f3n entre ellas. A medida que la sustancia blanca se desarrolla, esta comunicaci\u00f3n es m\u00e1s r\u00e1pida y eficiente. Nuestro estudio es como una fotograf\u00eda en un momento determinado del tiempo y lo que vemos en esa imagen es que los participantes m\u00e1s expuestos al fr\u00edo y al calor muestran diferencias en un par\u00e1metro \u2014la difusividad media\u2014 que se relaciona con un nivel de maduraci\u00f3n inferior de la sustancia blanca\u201d, explica Laura Gran\u00e9s<\/strong>, investigadora del IDIBELL e ISGlobal y primera autora del estudio. \u201cEn estudios previos, la alteraci\u00f3n de este par\u00e1metro se ha relacionado con una peor funci\u00f3n cognitiva y con determinados problemas de salud mental\u201d, a\u00f1ade.<\/p>\n

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\u201cLos mayores cambios en los par\u00e1metros de conectividad se observan en los primeros a\u00f1os de vida\u201d, afirma Carles Soriano<\/strong>, co-lider del estudio e investigador del IDIBELL, la UB y el CIBERSAM. \u201cNuestros resultados sugieren que es durante este periodo de r\u00e1pido desarrollo cerebral cuando la exposici\u00f3n al fr\u00edo y al calor puede tener efectos duraderos en la microestructura de la sustancia blanca\u201d.<\/p>\n

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No se encontr\u00f3 ninguna asociaci\u00f3n entre la exposici\u00f3n a la temperatura en los primeros a\u00f1os de vida y la anisotrop\u00eda fraccional a los 9-12 a\u00f1os. El equipo cient\u00edfico sostiene que una posible explicaci\u00f3n es que estas dos m\u00e9tricas reflejan cambios microestructurales diferentes, y que la difusividad media puede ser un indicador m\u00e1s s\u00f3lido de la maduraci\u00f3n de la sustancia blanca, en comparaci\u00f3n con la anisotrop\u00eda fraccional.<\/p>\n

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La pobreza aumenta el riesgo<\/strong><\/p>\n

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Un an\u00e1lisis estratificado por condiciones socioecon\u00f3micas mostr\u00f3 que las ni\u00f1as y los ni\u00f1os que viv\u00edan en barrios m\u00e1s pobres eran m\u00e1s vulnerables<\/strong> a la exposici\u00f3n al fr\u00edo y al calor. En estos grupos, las ventanas de susceptibilidad al fr\u00edo y al calor eran similares a las identificadas en la cohorte general, pero comenzaban antes. Estas diferencias pueden estar relacionadas con las condiciones de la vivienda y la pobreza energ\u00e9tica.<\/p>\n

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Un mecanismo<\/strong> importante que podr\u00eda explicar el efecto de la temperatura ambiente en el neurodesarrollo podr\u00eda estar relacionado con una peor calidad del sue\u00f1o<\/strong>. Otros posibles mecanismos son la alteraci\u00f3n de las funciones placentarias, la activaci\u00f3n del eje hormonal que conduce a una mayor producci\u00f3n de cortisol o los procesos inflamatorios.<\/p>\n

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\u201cNuestros hallazgos ayudan a concienciar sobre la vulnerabilidad de los fetos y la poblaci\u00f3n infantil a los cambios de temperatura<\/strong>\u201d, afirma Guxens<\/strong>. Los resultados tambi\u00e9n subrayan la necesidad de dise\u00f1ar estrategias de salud p\u00fablica para proteger a las comunidades m\u00e1s vulnerables ante la inminente emergencia clim\u00e1tica.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

El estudio subraya la vulnerabilidad de los fetos y los ni\u00f1os al fr\u00edo y al calor, y la necesidad de proteger a las comunidades m\u00e1s vulnerables de los efectos del cambio clim\u00e1tico.<\/p>\n","protected":false},"author":8,"featured_media":24546,"comment_status":"open","ping_status":"open","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"site-sidebar-layout":"default","site-content-layout":"","ast-site-content-layout":"default","site-content-style":"default","site-sidebar-style":"default","ast-global-header-display":"","ast-banner-title-visibility":"","ast-main-header-display":"","ast-hfb-above-header-display":"","ast-hfb-below-header-display":"","ast-hfb-mobile-header-display":"","site-post-title":"","ast-breadcrumbs-content":"","ast-featured-img":"","footer-sml-layout":"","theme-transparent-header-meta":"default","adv-header-id-meta":"","stick-header-meta":"default","header-above-stick-meta":"","header-main-stick-meta":"","header-below-stick-meta":"","astra-migrate-meta-layouts":"set","ast-page-background-enabled":"default","ast-page-background-meta":{"desktop":{"background-color":"","background-image":"","background-repeat":"repeat","background-position":"center center","background-size":"auto","background-attachment":"scroll","background-type":"","background-media":"","overlay-type":"","overlay-color":"","overlay-opacity":"","overlay-gradient":""},"tablet":{"background-color":"","background-image":"","background-repeat":"repeat","background-position":"center center","background-size":"auto","background-attachment":"scroll","background-type":"","background-media":"","overlay-type":"","overlay-color":"","overlay-opacity":"","overlay-gradient":""},"mobile":{"background-color":"","background-image":"","background-repeat":"repeat","background-position":"center center","background-size":"auto","background-attachment":"scroll","background-type":"","background-media":"","overlay-type":"","overlay-color":"","overlay-opacity":"","overlay-gradient":""}},"ast-content-background-meta":{"desktop":{"background-color":"var(--ast-global-color-5)","background-image":"","background-repeat":"repeat","background-position":"center center","background-size":"auto","background-attachment":"scroll","background-type":"","background-media":"","overlay-type":"","overlay-color":"","overlay-opacity":"","overlay-gradient":""},"tablet":{"background-color":"var(--ast-global-color-5)","background-image":"","background-repeat":"repeat","background-position":"center center","background-size":"auto","background-attachment":"scroll","background-type":"","background-media":"","overlay-type":"","overlay-color":"","overlay-opacity":"","overlay-gradient":""},"mobile":{"background-color":"var(--ast-global-color-5)","background-image":"","background-repeat":"repeat","background-position":"center center","background-size":"auto","background-attachment":"scroll","background-type":"","background-media":"","overlay-type":"","overlay-color":"","overlay-opacity":"","overlay-gradient":""}},"footnotes":""},"categories":[320,277,229],"tags":[],"publishpress_future_action":{"enabled":false,"date":"2024-07-13 14:31:18","action":"change-status","newStatus":"draft","terms":[],"taxonomy":"category"},"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/idibell.cat\/es\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/24544"}],"collection":[{"href":"https:\/\/idibell.cat\/es\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/idibell.cat\/es\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/idibell.cat\/es\/wp-json\/wp\/v2\/users\/8"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/idibell.cat\/es\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=24544"}],"version-history":[{"count":1,"href":"https:\/\/idibell.cat\/es\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/24544\/revisions"}],"predecessor-version":[{"id":24547,"href":"https:\/\/idibell.cat\/es\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/24544\/revisions\/24547"}],"wp:featuredmedia":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/idibell.cat\/es\/wp-json\/wp\/v2\/media\/24546"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/idibell.cat\/es\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=24544"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/idibell.cat\/es\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=24544"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/idibell.cat\/es\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=24544"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}