Los trastornos de ansiedad son el grupo de trastornos mentales m\u00e1s frecuentes, incluyen el trastorno de p\u00e1nico, de ansiedad generalizada, de ansiedad social o las fobias espec\u00edficas. La terapia cognitivo-conductual es el tratamiento de elecci\u00f3n para este tipo de trastornos, sin embargo, solo la mitad de los pacientes muestran una mejor\u00eda importante.<\/p>\n
Ahora, un grupo internacional de cient\u00edficos liderados por los Dres. Miquel \u00c0ngel Fullana y Joaquim Radua, del Instituto de Investigaciones Biom\u00e9dicas Agust\u00ed Pi y Sunyer (IDIBAPS<\/a>), y el Dr. Carles Soriano-Mas, del Instituto de Investigaci\u00f3n Biom\u00e9dica de Bellvitge (IDIBELL<\/a>), todos ellos investigadores del CIBER de Salud Mental (CIBERSAM<\/a>), ha descrito que la activaci\u00f3n de dos circuitos neuronales concretos es indicadora de una buena respuesta a la terapia cognitivo-conductual.<\/p>\n
Los resultados, publicados en la revista Psychological Medicine<\/em><\/a>, muestran que las personas con una mayor mejor\u00eda del trastorno de ansiedad despu\u00e9s de la terapia presentan antes del inicio de la terapia una mayor activaci\u00f3n de las regiones cerebrales que permiten identificar en el entorno los est\u00edmulos altamente relevantes<\/strong>. Es decir, son capaces de distinguir claramente, por ejemplo, entre los est\u00edmulos indicadores de un potencial riesgo y lo que no aportan informaci\u00f3n. Adem\u00e1s, estas personas tambi\u00e9n tienen m\u00e1s activas aquellas regiones cerebrales que les permiten ser conscientes de los efectos fisiol\u00f3gicos que les causan estos est\u00edmulos.<\/p>\n