{"id":11476,"date":"2010-11-09T00:00:00","date_gmt":"2010-11-08T23:00:00","guid":{"rendered":"https:\/\/idibell.cat\/es\/blog\/2010\/11\/09\/la-respuesta-ante-de-las-ganancias-o-las-perdidas-monetarias-esta-condicionada-por-la-estructura-del-cerebro\/"},"modified":"2020-05-12T14:44:29","modified_gmt":"2020-05-12T12:44:29","slug":"la-respuesta-ante-de-las-ganancias-o-las-perdidas-monetarias-esta-condicionada-por-la-estructura-del-cerebro","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/idibell.cat\/es\/2010\/11\/la-respuesta-ante-de-las-ganancias-o-las-perdidas-monetarias-esta-condicionada-por-la-estructura-del-cerebro\/","title":{"rendered":"La respuesta ante de las ganancias o las p\u00e9rdidas monetarias est\u00e1 condicionada por la estructura del cerebro"},"content":{"rendered":"
El motivo de estas diferencias individuales se encuentra en las conexiones de una zona concreta del cerebro, seg\u00fan un estudio publicado recientemente en The Journal of Neuroscience. En este trabajo han participado los investigadores del Instituto de Investigaci\u00f3n Biom\u00e9dica de Bellvitge (IDIBELL) y del Departamento de Psicolog\u00eda B\u00e1sica de la Universitat de Barcelona Estela C\u00e1mara (actualmente en el Institute of Cognitive Neuroscience, UCL, Londres) y Antoni Rodr\u00edguez Fornells (investigador ICREA). Los resultados de la investigaci\u00f3n aportan nuevas evidencias sobre las diferencias individuales observadas en la forma como las personas pueden ser m\u00e1s o menos susceptibles a buscar recompensas o placeres o evitar situaciones negativas o desagradables. Investigadores del IDIBELL y la UB describen c\u00f3mo los mecanismos de recompensa en humanos vienen determinados por propiedades estructurales de la substancia blanca del cerebro Conductas adictivas<\/p>\n","protected":false},"author":6,"featured_media":0,"comment_status":"closed","ping_status":"closed","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"site-sidebar-layout":"no-sidebar","site-content-layout":"page-builder","ast-site-content-layout":"","site-content-style":"default","site-sidebar-style":"default","ast-global-header-display":"","ast-banner-title-visibility":"","ast-main-header-display":"","ast-hfb-above-header-display":"","ast-hfb-below-header-display":"","ast-hfb-mobile-header-display":"","site-post-title":"","ast-breadcrumbs-content":"","ast-featured-img":"","footer-sml-layout":"","theme-transparent-header-meta":"default","adv-header-id-meta":"","stick-header-meta":"default","header-above-stick-meta":"","header-main-stick-meta":"","header-below-stick-meta":"","astra-migrate-meta-layouts":"default","ast-page-background-enabled":"default","ast-page-background-meta":{"desktop":{"background-color":"","background-image":"","background-repeat":"repeat","background-position":"center center","background-size":"auto","background-attachment":"scroll","background-type":"","background-media":"","overlay-type":"","overlay-color":"","overlay-opacity":"","overlay-gradient":""},"tablet":{"background-color":"","background-image":"","background-repeat":"repeat","background-position":"center center","background-size":"auto","background-attachment":"scroll","background-type":"","background-media":"","overlay-type":"","overlay-color":"","overlay-opacity":"","overlay-gradient":""},"mobile":{"background-color":"","background-image":"","background-repeat":"repeat","background-position":"center center","background-size":"auto","background-attachment":"scroll","background-type":"","background-media":"","overlay-type":"","overlay-color":"","overlay-opacity":"","overlay-gradient":""}},"ast-content-background-meta":{"desktop":{"background-color":"var(--ast-global-color-5)","background-image":"","background-repeat":"repeat","background-position":"center center","background-size":"auto","background-attachment":"scroll","background-type":"","background-media":"","overlay-type":"","overlay-color":"","overlay-opacity":"","overlay-gradient":""},"tablet":{"background-color":"var(--ast-global-color-5)","background-image":"","background-repeat":"repeat","background-position":"center center","background-size":"auto","background-attachment":"scroll","background-type":"","background-media":"","overlay-type":"","overlay-color":"","overlay-opacity":"","overlay-gradient":""},"mobile":{"background-color":"var(--ast-global-color-5)","background-image":"","background-repeat":"repeat","background-position":"center center","background-size":"auto","background-attachment":"scroll","background-type":"","background-media":"","overlay-type":"","overlay-color":"","overlay-opacity":"","overlay-gradient":""}},"footnotes":""},"categories":[279,277],"tags":[],"class_list":["post-11476","post","type-post","status-publish","format-standard","hentry","category-cognicion-y-plasticidad-cerebral","category-programa-de-neurociencias"],"publishpress_future_action":{"enabled":false,"date":"2024-12-01 13:47:30","action":"change-status","newStatus":"draft","terms":[],"taxonomy":"category"},"publishpress_future_workflow_manual_trigger":{"enabledWorkflows":[]},"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/idibell.cat\/es\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/11476","targetHints":{"allow":["GET"]}}],"collection":[{"href":"https:\/\/idibell.cat\/es\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/idibell.cat\/es\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/idibell.cat\/es\/wp-json\/wp\/v2\/users\/6"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/idibell.cat\/es\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=11476"}],"version-history":[{"count":0,"href":"https:\/\/idibell.cat\/es\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/11476\/revisions"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/idibell.cat\/es\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=11476"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/idibell.cat\/es\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=11476"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/idibell.cat\/es\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=11476"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}
Los investigadores estudiaron la actividad cerebral de un grupo de 35 voluntarios sanos mientras jugaban y apostaban para ganar dinero. Antes de empezar el experimento, se pidi\u00f3 a los participantes que rellenaran cuestionarios normalizados que permit\u00edan conocer su tendencia a evitar p\u00e9rdidas o castigos (es decir con tendencia a la ansiedad) o la sensibilidad a buscar recompensas.
Los participantes se situaban ante una pantalla de ordenador donde sal\u00edan dos n\u00fameros, el 5 y el 25, de color blanco sobre fondo negro, y se les ped\u00eda que seleccionaran uno de los dos. A continuaci\u00f3n, de forma aleatoria, una de las cifras aparec\u00eda de color verde y la otra de color rojo. Si el n\u00famero seleccionado sal\u00eda de color rojo, el participante perd\u00eda la cantidad correspondiente de dinero expresada en c\u00e9ntimos de euro; si sal\u00eda de color verde, la ganaba.
De forma adicional, para conocer c\u00f3mo reacciona el cerebro ante p\u00e9rdidas y ganancias inesperadas, en el diez por ciento de las pruebas se cambiaba el n\u00famero 25 o el 5 por el 125. Aunque estas pruebas adicionales eran inesperadas, la magnitud de ganancias y p\u00e9rdidas se manten\u00eda virtualmente inalterada a lo largo de la prueba.
Antes de empezar a jugar, los investigadores repart\u00edan a cada jugador diez euros y los animaban a ganar el m\u00e1ximo de dinero posible. El experimento consist\u00eda en cuatro bloques de 140 pruebas cada uno. Al final de cada bloque, los participantes eran informados de la cantidad que llevaban ganada. Una vez acabado el experimento, se repart\u00edan las ganancias entre los participantes.
Mientras los voluntarios jugaban, los investigadores evaluaban su actividad cerebral mediante resonancia magn\u00e9tica. El estudio demuestra que la intensidad de los est\u00edmulos de recompensa y castigo que llegan a la regi\u00f3n subcortical del cerebro encargada de procesarlos, llamada n\u00facleo accumbens (en el estriado ventral), est\u00e1 condicionada por las propiedades estructurales del tejido que la rodea.
Del mismo modo que la medida y la capacidad de las carreteras determina la cantidad de coches que pueden ir de una ciudad a otra, las propiedades de la materia blanca que conecta varias regiones del cerebro condiciona la cantidad de informaci\u00f3n que circula entre estas regiones.
Los autores del estudio han demostrado que las personas con mayor sensibilidad a la ansiedad y a los mecanismos de recompensa presentan diferencias en las conexiones cerebrales de substancia blanca que rodean el n\u00facleo accumbens.
Conductas adictivas<\/strong>
Estas nuevas evidencias son importantes porque aportan nuevas ideas sobre la fuerte interrelaci\u00f3n entre la estructura del cerebro, la cognici\u00f3n y las conductas observadas en posibles situaciones que pueden llevar a desarrollar conductas adictivas, como el juego patol\u00f3gico o el abuso de substancias estupefacientes.
El hecho de entender las bases neurobiol\u00f3gicas que regulan estas diferencias individuales nos ayudar\u00e1 a comprender m\u00e1s f\u00e1cilmente las causas de estas conductas y h\u00e1bitos establecidos a lo largo de la vida, a la vez que permitir\u00e1n desarrollar estrategias de intervenci\u00f3n m\u00e1s adecuadas. <\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"