{"id":10710,"date":"2015-10-06T00:00:00","date_gmt":"2015-10-05T22:00:00","guid":{"rendered":"https:\/\/idibell.cat\/es\/blog\/2015\/10\/06\/determinan-las-causas-moleculares-de-la-recuperacion-del-sentido-del-equilibrio-en-casos-de-ototoxicidad\/"},"modified":"2020-05-20T15:17:59","modified_gmt":"2020-05-20T13:17:59","slug":"determinan-las-causas-moleculares-de-la-recuperacion-del-sentido-del-equilibrio-en-casos-de-ototoxicidad","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/idibell.cat\/es\/2015\/10\/determinan-las-causas-moleculares-de-la-recuperacion-del-sentido-del-equilibrio-en-casos-de-ototoxicidad\/","title":{"rendered":"Determinan las causas moleculares de la recuperaci\u00f3n del sentido del equilibrio en casos de ototoxicidad"},"content":{"rendered":"

El sistema vestibular se halla en el o\u00eddo interno y es el encargado del sentido del equilibrio. Una de las causas de la degradaci\u00f3n funcional de este sistema es la exposici\u00f3n a agentes qu\u00edmicos otot\u00f3xicos que provocan la p\u00e9rdida de las c\u00e9lulas ciliadas que lo forman. Ahora, un equipo de investigadores de la Universidad de Barcelona, en colaboraci\u00f3n con investigadores de la Universidad de Girona, ha determinado la causa de la recuperaci\u00f3n de este sistema en casos de otoxicidad cr\u00f3nica.
Tal como explica Jordi Llorens, investigador del Departamento de Ciencias Fisiol\u00f3gicas II y del grupo de Bases celulares y moleculares de los trastornos sensoriales del
IDIBELL, que ha liderado la investigaci\u00f3n, \u201cuno de los principales resultados del trabajo es que hemos podido observar que los s\u00edntomas de p\u00e9rdida de la funci\u00f3n vestibular aparecen antes de que tenga lugar la muerte de las c\u00e9lulas ciliadas\u201d. \u201cEn concreto \u2014contin\u00faa el investigador\u2014, hemos visto que, previamente, se produce una desconexi\u00f3n entre las c\u00e9lulas ciliadas y los terminales neuronales, y hemos podido mostrar c\u00f3mo esta desconexi\u00f3n es, en buena parte, reparable\u201d.
Las principales causas de ototoxicidad son los antibi\u00f3ticos de la familia de los aminogluc\u00f3sidos, como la estreptomicina, o anticancer\u00edgenos como el cisplatino. Hasta ahora, se sab\u00eda que la exposici\u00f3n a estos compuestos causa la muerte de las c\u00e9lulas ciliadas, que son c\u00e9lulas sensoriales y transductores encargados de detectar el movimiento y transformarlo en una se\u00f1al nerviosa. La muerte de estas c\u00e9lulas es irreversible, dado que no se regeneran. Por otra parte, se hab\u00eda observado en pacientes que hay recuperaci\u00f3n funcional con un alto grado de variabilidad \u2014que puede llegar a la recuperaci\u00f3n total\u2014 despu\u00e9s de eliminar el agente t\u00f3xico; pero se desconoc\u00eda la causa de esta recuperaci\u00f3n.
Las c\u00e9lulas ciliadas est\u00e1n envueltas por terminales neuronales que forman una estructura similar a un c\u00e1liz. En el trabajo, publicado en la revista Disease Models and Mechanisms, se ha identificado un efecto inicial de la toxicidad cr\u00f3nica: la eliminaci\u00f3n de las uniones \u2014que los autores han llamado caliciales\u2014 que hay entre la c\u00e9lula y el terminal neuronal. A nivel molecular, este cambio estructural se ha corroborado mediante datos inmunohistoqu\u00edmicos que muestran una reducci\u00f3n significativa de prote\u00ednas de uni\u00f3n Caspr1 en estas uniones que se recuperan al eliminar el agente t\u00f3xico. Otras prote\u00ednas, como el canal de potasio KCNQ4, muestran una distribuci\u00f3n anormal como consecuencia de la toxicidad; lo que conlleva una alteraci\u00f3n de las propiedades funcionales del terminal nervioso.
Actualmente no existe tratamiento para las enfermedades vestibulares; aunque algunos estudios apuntan a que pueden afectar a m\u00e1s de la mitad de la poblaci\u00f3n de m\u00e1s de 60 a\u00f1os. Seg\u00fan Llorens, \u201ccomprender las bases celulares y moleculares de la degradaci\u00f3n por ototoxicidad y de la posible reparaci\u00f3n posterior puede proporcionar dianas para f\u00e1rmacos que detengan el proceso de degradaci\u00f3n o aceleren la reparaci\u00f3n del sistema\u201d. Estas dianas tambi\u00e9n pueden ser relevantes para otras enfermedades vestibulares o para retrasar la p\u00e9rdida sensorial relacionada con la edad. La investigaci\u00f3n tendr\u00e1 continuidad gracias a una ayuda de la Sociedad M\u00e9ni\u00e8re.
En la investigaci\u00f3n, los autores han utilizado un modelo animal en ratas para estudiar la progresi\u00f3n de la disfunci\u00f3n vestibular y su reversibilidad durante y despu\u00e9s de la exposici\u00f3n t\u00f3xica a nitrilos. Aunque en humanos no se produce una exposici\u00f3n significativa a estos compuestos, los efectos de los nitrilos en ratas son similares a los que produce la exposici\u00f3n a aminogluc\u00f3sidos en humanos.
El sistema vestibular puede considerarse un sexto sentido del que somos poco conscientes. Est\u00e1 localizado en el o\u00eddo interno, situado detr\u00e1s del t\u00edmpano. En cada o\u00eddo tenemos cinco epitelios sensoriales vestibulares formados, por una parte, por tres crestas ubicadas en los canales semicirculares y encargadas de detectar los movimientos de rotaci\u00f3n de la cabeza, y por otro, de un utr\u00edculo y un s\u00e1culo, que se encargan de detectar la gravedad y los movimientos lineales del cuerpo.
Aunque no seamos conscientes de ello, nuestro sistema vestibular est\u00e1 constantemente calculando el sentido de la gravedad para corregir la postura del cuerpo, y tambi\u00e9n se encarga de fijar la mirada cuando el cuerpo est\u00e1 en movimiento. La degradaci\u00f3n de este sistema, poco estudiada y sin tratamiento efectivo, puede provocar la p\u00e9rdida del equilibrio y, como consecuencia, m\u00e1s ca\u00eddas, as\u00ed como v\u00e9rtigos, entre otros trastornos.
Sedo\u0301-Cabezo\u0301n, L.; Jedynak, P.; Boadas-Vaello, P.; Llorens, J. \u00abTransient alteration of the vestibular calyceal junction and synapsein response to chronic ototoxic insult in rats. Disease Models and Mechanisms, octubre de 2015. Doi: 10.1242\/dmm.021436<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

El sexto sentido Referencia del art\u00edculo<\/p>\n","protected":false},"author":6,"featured_media":10711,"comment_status":"closed","ping_status":"closed","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"site-sidebar-layout":"no-sidebar","site-content-layout":"page-builder","ast-site-content-layout":"","site-content-style":"default","site-sidebar-style":"default","ast-global-header-display":"","ast-banner-title-visibility":"","ast-main-header-display":"","ast-hfb-above-header-display":"","ast-hfb-below-header-display":"","ast-hfb-mobile-header-display":"","site-post-title":"","ast-breadcrumbs-content":"","ast-featured-img":"","footer-sml-layout":"","theme-transparent-header-meta":"default","adv-header-id-meta":"","stick-header-meta":"default","header-above-stick-meta":"","header-main-stick-meta":"","header-below-stick-meta":"","astra-migrate-meta-layouts":"default","ast-page-background-enabled":"default","ast-page-background-meta":{"desktop":{"background-color":"","background-image":"","background-repeat":"repeat","background-position":"center center","background-size":"auto","background-attachment":"scroll","background-type":"","background-media":"","overlay-type":"","overlay-color":"","overlay-gradient":""},"tablet":{"background-color":"","background-image":"","background-repeat":"repeat","background-position":"center center","background-size":"auto","background-attachment":"scroll","background-type":"","background-media":"","overlay-type":"","overlay-color":"","overlay-gradient":""},"mobile":{"background-color":"","background-image":"","background-repeat":"repeat","background-position":"center center","background-size":"auto","background-attachment":"scroll","background-type":"","background-media":"","overlay-type":"","overlay-color":"","overlay-gradient":""}},"ast-content-background-meta":{"desktop":{"background-color":"var(--ast-global-color-5)","background-image":"","background-repeat":"repeat","background-position":"center center","background-size":"auto","background-attachment":"scroll","background-type":"","background-media":"","overlay-type":"","overlay-color":"","overlay-gradient":""},"tablet":{"background-color":"var(--ast-global-color-5)","background-image":"","background-repeat":"repeat","background-position":"center center","background-size":"auto","background-attachment":"scroll","background-type":"","background-media":"","overlay-type":"","overlay-color":"","overlay-gradient":""},"mobile":{"background-color":"var(--ast-global-color-5)","background-image":"","background-repeat":"repeat","background-position":"center center","background-size":"auto","background-attachment":"scroll","background-type":"","background-media":"","overlay-type":"","overlay-color":"","overlay-gradient":""}},"footnotes":""},"categories":[320,199,277],"tags":[],"publishpress_future_action":{"enabled":false,"date":"2024-05-12 02:17:39","action":"change-status","newStatus":"draft","terms":[],"taxonomy":"category"},"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/idibell.cat\/es\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/10710"}],"collection":[{"href":"https:\/\/idibell.cat\/es\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/idibell.cat\/es\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/idibell.cat\/es\/wp-json\/wp\/v2\/users\/6"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/idibell.cat\/es\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=10710"}],"version-history":[{"count":0,"href":"https:\/\/idibell.cat\/es\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/10710\/revisions"}],"wp:featuredmedia":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/idibell.cat\/es\/wp-json\/wp\/v2\/media\/10711"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/idibell.cat\/es\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=10710"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/idibell.cat\/es\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=10710"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/idibell.cat\/es\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=10710"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}