Los estereotipos son estructuras de conocimiento integradas en nuestra representación del mundo que impactan en nuestras decisiones y son muy difíciles de cambiar. Un equipo del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (IDIBELL) y de la Facultad de Psicología de la Universidad de Barcelona (UB), en colaboración con la Fundación Épica La Fura dels Baus, ha analizado cómo una experiencia artística podría tener un efecto beneficioso en la reducción de los prejuicios de la población contra las enfermedades físicas. Esta experiencia artística es pionera, ya que combina formación científica y representación teatral en una misma plataforma de trabajo.
El estudio, publicado en la revista Frontiers in Psychology, muestra que la participación en un programa de artes escénicas de catorce días reduce esos sesgos cognitivos implícitos. Según los investigadores, estos resultados abren la puerta al desarrollo de estrategias para ayudar a tratar esta problemática social en la población general con artes escénicas. En el trabajo han participado Josué García-Arch (IDIBELL-UB), como primer firmante, y Lluís Fuentemilla, ambos investigadores de la Unidad de Cognición y Plasticidad Cerebral del IDIBELL y del Instituto de Neurociencias de la UB (UBNeuro). También firman el artículo Celia Ventura-Gabarró, de la Universidad Pompeu Fabra, y Pedro Lorente y Pep Gatell, de la Fundación Épica La Fura dels Baus.
El reto de modificar los estereotipos
Investigaciones previas muestran que las estructuras de representación de las que derivan los estereotipos son maleables, pero que lograr cambiarlas a través de una intervención es muy difícil. «Los estudios en neurociencia cognitiva indican que un recuerdo (o estructura de representación) puede ser alterado si se reactiva de forma eficaz en el cerebro. Además, si el recuerdo está acompañado de un contexto emocional, este puede incrementar el cambio derivado de la reactivación», explica Lluís Fuentemilla, coordinador del estudio.
«Por otra parte —continúa el investigador— también sabemos que las personas tendemos a comprender e integrar cómo son los demás si somos capaces de simularlos en primera persona, es decir, como si nosotros fuéramos los otros».
La Fundación Épica ha diseñado una experiencia artística que contiene precisamente estos ingredientes: la capacidad para simular artísticamente un concepto mediante artes escénicas que se desarrollan en un contexto de emoción intensa. Los participantes fueron dieciséis amateurs reclutados expresamente para la actividad que tuvieron que preparar una pieza teatral sobre diversas enfermedades. Con ese objetivo, durante dos semanas fueron asesorados por científicos expertos en cáncer y trastornos degenerativos del Instituto de Investigación Germans Trias i Pujol (IGTP), que les ayudaron a interiorizar la enfermedad y comprenderla desde una base multidimensional (fisiológica, psicológica, impacto social, etc.). Por ejemplo, a partir de esos intercambios con los investigadores, simularon la actividad diaria de pacientes con enfermedades degenerativas, o la de sus cuidadores. El taller finalizó con una representación pública ante más de trescientas personas.
«Este protocolo de trabajo reúne muchas de las características que permiten pensar que la activación de las estructuras de conocimiento que son la base de los estereotipos podría ser maleables: emoción, continuidad, vivencia en primera persona. Estas características son muy difíciles de trabajar en condiciones de laboratorio o en prácticas diversas de otros programas, ya que limitan la motivación y el compromiso de los participantes con la tarea, complicando así la posibilidad de hacer cambios fiables en el sesgo implícito de cada individuo», destaca Lluís Fuentemilla.
Los efectos de la intervención se midieron con el test de asociación implícita o IAT (del inglés implicit association test), una tarea experimental que permite computar el tiempo que tarda un individuo en hacer asociaciones entre un ítem —por ejemplo, una palabra o una imagen— y una categoría conceptual: a mayor tiempo de reacción, mayor dificultad para establecer el emparejamiento entre conceptos. «Por ejemplo, sabemos que se tarda más en emparejar la imagen de una persona haciendo deporte con la categoría «malo» que con la categoría «bueno», y que ocurre lo contrario con la imagen de una persona que lleva la bata de paciente de un hospital. Esta diferencia en el tiempo de reacción muestra que tenemos una categoría como «bueno» y «malo» integrada con una categoría vinculada a personas «sanas» y «enfermas», un fenómeno que, como era esperable, encontramos en los actores antes del taller», explica Josué García-Arch, investigador del proyecto.
Finalizado el programa, las diferencias en el tiempo de reacción habían disminuido en los participantes, lo que indicaba que la asociación de los conceptos también había disminuido. Además, esa disminución no se produjo en dos experimentos de control que se realizaron con personas de edad, sexo y nivel educativo equivalentes. Uno de estos grupos recibió incluso la misma información científico-médica, pero sin la parte artística, y tampoco mostró un cambio en los tiempos de reacción respecto al test inicial. «Esta respuesta indica que la parte vivencial aportada por la actividad artística fue fundamental para conseguir la reducción del estereotipo negativo hacia personas enfermas», destacan los investigadores.
Una estrategia potencial para tratar otros prejuicios
Estos resultados abren la puerta a desarrollar estrategias basadas en esta experiencia artística para tratar problemas relacionados con estereotipos en la población general. «La forma en que la sociedad hace frente a los estereotipos está basada en procesos derivados de la educación y la sensibilización para tratar de evitar desde el principio que se generen estas estructuras de conocimiento. Sin embargo, el problema de los estereotipos es que este conocimiento es inherente a muchas situaciones de nuestra sociedad y hacerles frente solo mediante la educación puede resultar insuficiente. El protocolo planteado en este estudio permite abrir una ventana de oportunidad para revertir este problema mediante las artes escénicas», resalta Fuentemilla.
Además, según los autores del trabajo, este protocolo también se podría utilizar para abordar otras problemáticas. «En esta ocasión se ha trabajado el estereotipo asociado a la enfermedad, pero el programa permite plantear que cualquier estereotipo, por ejemplo, el género o la raza, podría tratarse adecuando la temática de las artes escénicas», añade Fuentemilla.
Una plataforma única para generar nuevo conocimiento
Este estudio surge en el marco de la plataforma desarrollada por la Fundación Épica La Fura dels Baus, en la que las artes escénicas, la ciencia y la tecnología se integran para generar nuevo conocimiento. El objetivo de esta iniciativa es crear una obra escénica basada en los temas de investigación de los expertos para generar resultados a partir de las interacciones entre creativos, científicos y audiencia. «El conocimiento se puede aprender a través del lenguaje o a través de experiencias, y en las artes escénicas confluyen ambos. Además, en el lenguaje de La Fura, en el que prima la interacción con el público por encima de casi todo, la experiencia es vivida por actores, creadores y público a la vez. Así, en nuestro espacio se pueden crear falsas realidades que el público percibirá como reales y, por tanto, su reacción siempre será más espontánea que en los laboratorios o los espacios de prueba de los grupos de investigación que participen en los talleres», explican desde Épica.
El equipo de la IDIBELL-UB ha participado en dos de estos talleres: Información vs Memoria, en el que analizaron el efecto de este espectáculo en la memoria, y Sistemas Complejos, que es el origen de este trabajo. Además, también forma parte de la European Performing Science Night, una iniciativa cofinanciada por las acciones Marie Skłodowska Curie y liderada por la Fundación Épica en la que se aplicará esta misma metodología de trabajo. El resultado serán diferentes eventos de divulgación que tendrán lugar en Badalona en septiembre de 2021 en el marco de la Noche Europea de lnvestigación.
El Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (IDIBELL) es un centro de investigación en biomedicina creado en 2004. Está participado por el Hospital Universitario de Bellvitge y el Hospital de Viladecans del Instituto Catalán de la Salud, el Instituto Catalán de Oncología, la Universidad de Barcelona y el Ayuntamiento de L’Hospitalet de Llobregat.
El IDIBELL es miembro del Campus de Excelencia Internacional de la Universidad de Barcelona HUBc y forma parte de la institución CERCA de la Generalitat de Catalunya. En 2009 se convirtió en uno de los cinco primeros centros de investigación españoles acreditados como instituto de investigación sanitaria por el Instituto de Salud Carlos III. Además, forma parte del programa «HR Excellence in Research» de la Unión Europea y es miembro de EATRIS y REGIC. Desde el año 2018, IDIBELL es un Centro Acreditado de la Fundación Científica AECC (FCAECC).