La adicción al juego y a las tecnologías de la información y la comunicación, que se engloban dentro de la denominación genérica de adicciones comportamentales, es un problema sanitario y social cada vez más importante. La jefa de la Unidad de Juego Patológico del Hospital Universitario de Bellvitge e investigadora del IDIBELL Susana Jiménez Murcia habló el 20 de noviembre sobre ludopatía y adicción a las tecnologías en el Centro Cultural Sant Josep de L’Hospitalet de Llobregat. El acto estaba coorganizado por el IDIBELL y forma parte de las actividades de la Semana de la Ciencia 2012.
La especialista en adicciones comportamentales se mostró preocupada por la proliferación de los juegos de apuestas por Internet que, según alertó, han hecho aumentar el número y la gravedad de los casos atendidos. «Antes los afectados tardaban cuatro o cinco años a tener problemas sociales y económicos graves, pero los juegos de apuestas por Internet han hecho que estos problemas aparezcan antes de un año».
La adicción al juego suele comenzar con una fase en la que el afectado obtiene, sobre todo, ganancias, después comienza a acumular pérdidas y finalmente entra en una fase de desesperación. El juego llega a afectar seriamente las relaciones personales, la economía y la salud del afectado. «El juego se convierte en una adicción cuando pasa de ser un entretenimiento a una necesidad y termina desplazando actividades cotidianas como el trabajo, los estudios, las relaciones con otras personas e incluso actividades básicas como comer», explicó Jiménez Murcia.
Aunque estas adicciones comportamentales son muy heterogéneas, la especialista destacó que las personas adictas al juego o a dispositivos tecnológicos suelen tener un perfil psicológico común: baja autoestima, poca tolerancia al fracaso y a la frustración, entre otras características. Con excepción de las personas adictas a las redes sociales, los afectados también suelen ser introvertidos y a manifestar síntomas depresivos, aunque «aún no está claro si la adicción al juego aparece como una consecuencia de la depresión o es al revés «, explicó la experta, que ha observado que en la mayoría de casos la depresión aparece como consecuencia de la adicción.
Para ayudar a los afectados a controlar sus impulsos, el equipo encabezado por la doctora Jiménez Murcia, junto con la Unidad de Trastornos de la Alimentación del mismo hospital de Bellvitge y especialistas de otros centros europeos unidos en el consorcio Playmancer, han desarrollado un videojuego terapéutico que está dando buenos resultados en la consulta. El videojuego, llamado Islands, interactúa con las emociones del paciente a través de biosensores. El objetivo de Islands es salir de una isla. A través de los biosensores, el juego detecta las expresiones faciales y de voz y las reacciones fisiológicas de la persona que lo está utilizando. Esto permite que las reacciones emocionales del paciente influyan en el desarrollo del juego. El usuario sólo consigue avanzar hacia el objetivo de salir de la isla si reacciona con autocontrol a las situaciones planteadas.
El videojuego terapéutico se está utilizando como herramienta complementaria al tratamiento psicológico habitual que siguen los pacientes con ludopatía. Así, la unidad encabezada por la doctora Jiménez Murcia incluye la terapia con el videojuego dentro del tratamiento congnitivoconductual, en el que también se implica a las personas más cercanas al paciente en el proceso de recuperación. La especialista destacó durante la conferencia que la respuesta al tratamiento es bastante positiva, más que en el caso de adicciones no comportamentales, aunque muchos pacientes, sobre todo los adictos a dispositivos tecnológicos, no son conscientes de tener un problema y a menudo llegan a la consulta empujados por familiares.
La jefa de la Unidad de Juego Patológico de Bellvitge explicó que detrás de la adición existen factores biológicos, psicológicos y sociales que favorecen la aparición de estos trastornos y que también condicionan su abordaje. Susana Jiménez Murcia se mostró preocupada por la facilidad de acceso a juegos y a aplicaciones que han supuesto Internet y los dispositivos móviles, cosa que ha hecho aumentar los casos patológicos. «Ahora, según los estudios epidemiológicos, hasta un 38% de los jóvenes presentan un uso problemático de Internet», alertó la experta.
La doctora Jiménez Murcia explicó durante la charla que, al igual que los adictos a las drogas o al alcohol, los ludópatas rehabilitados no pueden volver a jugar nunca más. En cambio, esto es prácticamente imposible en el caso de la adicción a Internet o a otras tecnologías que están presentes en nuestra vida cotidiana. En este caso, se les enseña a utilizar estas herramientas de manera responsable.