La comparación de tratamientos de alta eficacia en esclerosis múltiple es complicada, puesto que no existen ensayos clínicos con este objetivo. De esto se deriva que la experiencia clínica y los estudios observacionales sean las únicas herramientas disponibles. Desgraciadamente, estos estudios a menudo están sometidos a sesgos que dificultan la obtención de datos fiables entre las diferentes estrategias de tratamiento.
En este contexto, la Unidad de Esclerosis Múltiple del Servicio de Neurología del Hospital de Bellvitge y el grupo de investigación en Enfermedades Neurológicas y Neurogenética del IDIBELL, han publicado en la revista Journal of Neurology un trabajo que compara el uso de dos fármacos para el tratamiento de la esclerosis múltiple mediante lo que han llamado experimento natural, que abre las puertas a una nueva metodología de investigación para confrontar tratamientos de alta eficacia en la esclerosis múltiple, minimizando posibles sesgos en el análisis de los diferentes grupos.
El natalizumab y el ocrelizumab son dos fármacos que se utilizan para el tratamiento de la esclerosis múltiple. En los pacientes tratados con natalizumab debe descartarse periódicamente la presencia del virus JC en sangre, dado que es un virus inocuo en personas inmunocompetentes pero que puede provocar una infección cerebral grave en pacientes que toman el fármaco. Si se detecta la presencia del virus, y el paciente lleva más de dos años tomando natalizumab, se suele sustituir por el ocrelizumab.
El equipo de la Unidad de Esclerosis Múltiple ha diseñado un innovador estudio comparativo, de forma observacional y retrospectiva, en el que se han formado dos grupos de pacientes en función de la positividad del virus JC en sangre. Tal y como explica el Dr. Albert Muñoz Vendrell, de la Unidad de Esclerosis Múltiple del HUB e investigador del IDIBELL, “la inclusión en uno u otro grupo no depende de nosotros ni de ningún factor relacionado con la enfermedad, sino de un fenómeno aleatorio incontrolable, como es la presencia del virus”. Esto ha permitido realizar una comparación de ambos grupos con muy pocos sesgos de selección. De esta forma, el experimento natural se ha utilizado para comparar a los pacientes sin el virus, que han seguido con natalizumab, con los pacientes que si lo tenían y que han cambiado tratamiento a ocrelizumab.
Los resultados no han mostrado diferencias significativas entre ambas estrategias, pero si un leve incremento de los brotes después de suspender el natalizumab en los pacientes con virus JC positivo (un fenómeno esperable y conocido, resultado de un «efecto rebote» del tratamiento). Sin embargo, al ignorar este período de transición, no se han observado diferencias en la efectividad de ambos tratamientos.