La angiogénesis es el proceso por el cual los tumores crean nuevos vasos sanguíneos que les aportarán los nutrientes necesarios para seguir creciendo. Precisamente, los fármacos antiangiogénicos van dirigidos a bloquear este proceso. Este tipo de terapia dirigida suele tener buenos resultados a corto plazo, disminuyendo el crecimiento tumoral, sin embargo, varios estudios apuntan a que estos tratamientos incrementan la capacidad de invasión de los tumores y promueven un comportamiento más agresivo, empeorando el pronóstico de los pacientes. Estudios con modelos animales han intentado descifrar los mecanismos moleculares implicados en esta discrepancia, pero hay muchos interrogantes que siguen abiertos.
El equipo del Dr. Oriol Casanovas del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (IDIBELL) y el Instituto Catalán de Oncología (ICO) ha investigado las consecuencias del tratamiento antiangiogénico en la capacidad de invasión y metástasis del cáncer de riñón con el objetivo de identificar biomarcadores que determinen la agresividad de estos tumores.
En el estudio publicado hoy en la revista EMBO Molecular Medicine, el equipo de Casanovas en colaboración con clínicos del Hospital de Bellvitge, del Hospital de la Vall d’Hebron y del VHIO, demuestra que los fármacos antiangiogénicos, en algunos casos, aumentan la agresividad de los tumores mientras que en otros ésta no se ve afectada. «Estos resultados confirman los efectos heterogéneos de los tratamientos antiangiogénicos, y cómo estos pueden afectar profundamente la progresión natural de los tumores e inducir malignidad«, explica el Dr. Casanovas.
Una vez confirmada la heterogeneidad de respuesta había que identificar las señales moleculares que la determinan, y que por tanto, que permitirían escoger los pacientes que resultarían beneficiados con el tratamiento. El estudio ha utilizado diversas herramientas bioinformáticas de análisis genéticos y moleculares que han puesto en evidencia la implicación de una vía de señalización celular, concretamente del gen ALDH1A3, en la respuesta divergente frente a la terapia antiangiogénica.
El Dr. Oriol Casanovas apunta que «en este estudio hemos identificado un nuevo biomarcador capaz de predecir si un paciente puede beneficiarse más del tratamiento con antiangiogénicos«, y añade, «estos hallazgos pueden abrir la puerta a nuevas dianas y estrategias terapéuticas dirigidas a suprimir la malignidad de estos tratamientos«.
Las herramientas del estudio
Para estudiar el comportamiento de los tumores frente al tratamiento con antiangiogénicos, y determinar la variación interpacient existente, los investigadores crearon una batería de modelos ortotrópicos de ratón. Estos modelos consisten en la implantación de biopsias de tumores renales de pacientes en el mismo tejido de ratón, lo que permite reproducir la variabilidad entre pacientes e identificar los aspectos clave de la evolución tumoral. Se trata de una herramienta preclínica con mucho potencial.
El estudio de los genes expresados por tumores renales tras el tratamiento con antiangiogénicos, y su correlación con la respuesta tumoral posterior, ha permitido identificar el biomarcador que puede discriminar entre tumores invasivos y no-invasivos.