Comer alimentos con una calidad nutricional deficiente según el puntaje en el que está basado el etiquetaje Nutri-Score se asocia con una mayor mortalidad total y especialmente por cáncer y enfermedades del corazón, los pulmones y el sistema digestivo, según un estudio publicado en The BMJ.
Los hallazgos, fruto de una colaboración internacional con la participación de Antonio Agudo, jefe del grupo de Nutrición y Cáncer del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (IDIBELL) y el Instituto Catalán de Oncología (ICO), respaldan el uso de esta etiqueta en el embalaje de los alimentos para guiar a las personas hacia opciones alimentarias más saludables y podrían servir de base para las discusiones en curso sobre cómo uniformar los sistemas de etiquetado de estos productos en toda la Unión Europea.
Un semáforo nutricional
Nutri-Score es una etiqueta nutricional que se situa en la cara frontal del paquete y califica los alimentos de acuerdo con su calidad nutricional. En este sentido, cada producto recibe una letra y un código de color que van desde el verde oscuro (A) que indica una mayor calidad nutricional, hasta el naranja oscuro (E).
Estos niveles están basados en el sistema FSAm-NPS diseñado por la Agencia de Normas Alimentarias del Reino Unido, que clasifica la calidad nutricional de los alimentos en función de su contenido en energía, grasas saturadas, azúcar, sodio, proteínas, fibras y frutas y verduras, pero eran necesarias más evidencias para poder implementarlo de manera más amplia.
Por ese motivo, un equipo de investigación internacional se propuso determinar si este sistema está asociado con la mortalidad y afecciones no transmisibles como enfermedades cardíacas, cáncer y diabetes.
Un estudio longitudinal muy amplio
Los hallazgos se basan en datos de más de medio millón de adultos provenientes de los 10 países europeos que participaron en el estudio Investigación Prospectiva Europea sobre Cáncer y Nutrición (EPIC). La evaluación de la dieta al inicio del estudio se realizó a través de un cuestionario o historia de dieta para evaluar sus ingestas dietéticas habituales y se calculó un índice FSAm-NPS para cada individuo en función de su dieta.
“Las puntuaciones del índice fueron más bajas, lo que apunta a dietas de mayor calidad, en España, Grecia, Noruega e Italia, y más altas en el Reino Unido, Suecia, Países Bajos, Dinamarca, Alemania y Francia”, explica Agudo.
Los participantes fueron seguidos durante un promedio de 17 años, tiempo durante el cual los investigadores han encontrado que aquellos con un índice dietético más alto mostraron un mayor riesgo de mortalidad total, así como mortalidad por cáncer y enfermedades del sistema circulatorio, respiratorio y digestivo. sistemas.
En términos absolutos, las tasas de mortalidad por cada 10.000 personas durante 10 años fueron 1.237 en hombres y 563 en mujeres en las personas con una peor la puntuación mientras que en las personas con una mejor alimentación fueron de solo 1.008 y 518, respectivamente.
“Se trata de un estudio observacional, por lo que no se puede establecer una relación causal directa entre una puntuación deficiente y la mortalidad”, aclara Agudo. Pero concluye: “Sin embargo, el gran número de participantes de diferentes países europeos con diversos antecedentes y patrones dietéticos y la duración del seguimiento son factores a favor de las conclusiones”.