Los vasos sanguíneos están formados por el endotelio, que recubre la luz de los vasos, y las células murales, donde se incluyen los pericitos. Este es un tipo celular altamente implicado en el desarrollo y mantenimiento de la funcionalidad de los vasos sanguíneos. De hecho, su afectación está relacionada con la aparición o progresión de enfermedades como las complicaciones de la diabetes, las malformaciones vasculares, el ictus o el cáncer. Sin embargo, el papel concreto que juegan los pericitos en estas enfermedades todavía es desconocido. Un grupo del IDIBELL, acaba de publicar, en la revista Circulation, un trabajo en el que se describe la maduración de los pericitos durante la angiogénesis y las vías moleculares que regulan este proceso. «Conocer cómo están implicados los pericitos en el desarrollo vascular puede dar información sobre qué papel juegan en un entorno patológico», asegura la Dra. Mariona Graupera, líder del proyecto.
El equipo de la Dra. Graupera, ha identificado y definido los diferentes estados de maduración de los pericitos en función de su morfología y los genes que expresan en cada momento. Concretamente, define la vía de la quinasa PI3K como eje regulador central de la maduración de los pericitos en la angiogénesis. «La formación de vasos requiere una dinámica de maduración de los pericitos óptima, la cual se consigue a través de una regulación precisa de la vía de la PI3K quinasa», asegura Graupera, investigadora del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (IDIBELL) y del CIBER del Cáncer (CIBERONC). Estos descubrimientos dan las claves para poder entender el papel de los pericitos en un ambiente patológico y así poder abordarlo.
Regulación molecular de la maduración de los pericitos
Las quinasas PI3K son una familia de enzimas que regulan la señalización celular, además están implicadas en enfermedades congénitas, inflamatorias y en el cáncer. En el contexto de la maduración de los pericitos, sorprendentemente, la variante de la quinasa PI3K que regula el proceso es diferente a la de la mayoría de enfermedades, se trata de la β en lugar de la más frecuentemente implicada en la formación de los vasos sanguíneos α. Esto convierte la variante β en una candidata ideal para futuros tratamientos, ya que permitiría un ataque más selectivo de aquellas enfermedades causadas por alteraciones en la maduración de los pericitos, sin afectar la actividad de las quinasas que actúan en otros procesos.
Nuevas herramientas para el estudio de los pericitos
Para realizar estos estudios han utilizado técnicas que les permitían determinar los genes que se expresan específicamente en los pericitos de los ratones in vivo. Esto, combinado con el uso de ratones que, gracias a marcadores fluorescentes, les permitían observar pericitos aislados y determinar su morfología, les ha permitido cruzar ambos datos, es decir, determinar el estado de maduración de los pericitos a través de su morfología e identificar los genes que expresan en ese momento.
Se trata de técnicas muy sencillas e informativas que podrían ser utilizadas en contextos patológicos. Esto permitiría estudiar el estado de maduración y la firma molecular de los pericitos en diversas patologías para buscar su implicación y posibles tratamientos.
Financiación y col·laboracions
Este proyecto ha sido realizado gracias a la financiación de las becas Leonardo de la Fundación BBVA, una beca predoctoral ITN Marie Curie, una ayuda postdoctoral Juan de la Cierva y el apoyo del CIBERONC y de la AECC.
También se ha contado con la colaboración de Dr. Ralf H Adams del Instituto Max Planck, una gran eminencia en el campo de la angiogénesis, además de la colaboración del Dr. Arkaitz Carracedo del CIC Biogune y la Universidad del País Vasco (UPV / EHU).