Las cegueras “equivalentes al daño por luz” son aquellas causadas por algún tipo de desajuste fisiológico que conlleva que las células receptoras de la luz en la retina, conos y bastones, estén siempre excitadas, lo que acaba provocando la muerte celular, por lo tanto, la ceguera. La excitabilidad de estas células se rige por la entrada o el freno al paso de iones a través de los canales de la superficie. En las cegueras “equivalentes al daño por luz” los canales permanecen siempre cerrados, lo que resulta en una bajada crónica del calcio dentro de las células.
El equipo de la Dra. Ana Méndez del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (IDIBELL), y de la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salut de la Universidad de Barcelona, postuló en trabajos previos que los sensores de calcio GCAP podrían ser los mediadores de la muerte celular en las células fotorreceptoras ante esta bajada prolongada del calcio.
La Amaurosis Congénita de Leber (LCA12), es una de estas cegueras “equivalentes a daño por luz”. Está causada por la mutación del gen RD3, lo que acaba provocando el cierre de los canales y la bajada crónica de calcio. En este estudio se demuestra, que en modelos animales de LCA12, si también se eliminan los sensores de calcio GCAP, la aparición de la ceguera se retrasa significativamente. Lo que se ha conseguido es evitar la muerte de las células fotorreceptoras eliminando la proteína que detecta los niveles bajos de calcio.
En este estudio se ha visto que, en las cegueras equivalentes a daño por luz, los sensores GCAP se “bloquean” en su estado activo y se acumulan en un compartimento incorrecto de la célula. Los resultados apuntan a que las GCAPs en el contexto de LCA12 activan algún mecanismo dentro de la célula que en último término conduce a estrés del retículo endoplásmico y a la apoptosis.
La Dra. Ana Méndez comenta que hay más de doscientos genes asociados a cegueras, en muchos casos minoritarias, y que aprender a modificar cada uno de estos genes puede resultar muy costoso. La relevancia de este estudio radica en que se ha encontrado un mecanismo de daño en el que podrían converger todas aquellas cegueras causadas por mutaciones que conllevan a una bajada crónica del calcio dentro de la célula. Futuros trabajos se centrarán en caracterizar el mecanismo por el cual se podría atrasar o revertir estas patologías.