Detectan alteraciones de la conectividad neuronal distribuidas por diferentes regiones de la corteza cerebral en el trastorno obsesivo-compulsivo

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El trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) se caracteriza por alteraciones en la conectividad cerebral, es decir, estos pacientes presentan una disfunción en la sincronización de la actividad entre diferentes grupos de neuronas, según han evidenciado investigaciones recientes. En esta línea, en un estudio publicado este mes en la revista Cerebral Cortex, investigadores pertenecientes a tres grupos del CIBER de Salud Mental (CIBERSAM) dirigidos por Jesús Pujol (Consorci Mar Parc Salut de Barcelona-Hospital del Mar), Narcís Cardoner (Corporación Sanitaria Parc Taulí) y José Manuel Menchón y Carles Soriano-Mas (Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (IDIBELL)-Hospital de Bellvitge), han aplicado un nuevo método de valoración de la conectividad cerebral en reposo para mostrar cómo estas alteraciones aparecen de hecho en cualquier región de la corteza cerebral.

El hallazgo más novedoso, según explica el coordinador del estudio Carles Soriano-Mas, “ha sido observar que la disfunción de conectividad entre cada región cortical se manifiesta preferentemente en relación con grupos de neuronas situados a distancias variables”. Así, por ejemplo, los pacientes con TOC mostraron disminuciones de conectividad entre la parte más anterior de la corteza orbitofrontal y regiones de su entorno más inmediato, mientras que la parte posterior de la misma corteza mostró una conectividad disminuida con cortezas más alejadas.

 

Asimismo, se pudo comprobar como todas las cortezas sensoriales primarias (somatosensorial, visual, auditiva, gustativa y olfativa) mostraron disminuciones de conectividad tanto con grupos neuronales próximos y alejados. “Este hecho podría explicar la presencia de pensamientos intrusos –absurdos y no deseados- en esta población de pacientes como consecuencia de un filtrado sensorial ineficiente, que no permitiría descartar aquellos estímulos irrelevantes”, indica el investigador del CIBERSAM Carles Soriano-Mas. 

Los resultados de este estudio sugieren que el TOC se caracteriza por mostrar un sistema de interneuronas inhibitorias deficiente, lo que puede conducir a desajustes en la sincronización de la actividad neuronal a diferentes escalas de distancia. 

 

Nuevas posibilidades terapéuticas

El trabajo, según  indican los investigadores del CIBERSAM, abre la vía para nuevas posibilidades terapéuticas para el TOC basadas en la neuromodulación inhibitoria de aquellas regiones corticales con un mayor número de conexiones. Para realizarlo, se reclutaron 160 pacientes adultos con TOC de la Unidad de Trastorno Obsesivo-Compulsivo del Hospital Universitario de Bellvitge (Barcelona), seleccionados después de haber sido diagnosticados al menos un año antes del estudio atendiendo a los criterios de este trastorno en ausencia de otras enfermedades psiquiátricas importantes. 

Los investigadores mapearon las alteraciones de la estructura funcional de la corteza cerebral añadiendo un nuevo enfoque de análisis de la imagen cerebral y, de esta forma, generaron mapas de conectividad funcional de todo el cerebro utilizando medidas de conectividad a diferentes grados de distancia dela actividad neuronal. 
 

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