Hacia 1950 la mortalidad por enfermedad cardiovascular era de 450 por cada 100.000 habitantes. La llegada de nuevas técnicas, nuevos fármacos y la identificación de los factores de riesgo han hecho que esta cifra se haya reducido un 300%. El cardiólogo del Hospital Clínico San Carlos de Madrid, Carlos Macaya ha repasado los hitos de la cardiología intervencionista el 24 de mayo en una conferencia enmarcada en el ciclo de seminarios del IDIBELL.
Macaya ha reivindicado «la aportación de la tecnología como motor de la medicina. Gracias a ella hemos podido entrar en los vasos, ver las paredes, qué estaban obstruidas… sin estas técnicas no se habrían producido las mejoras en diagnosis y tratamiento que conocemos actualmente». Sin embargo, Macaya ha advertido de que, ahora más que nunca, «es importante estudiar la balanza coste-eficacia porque la gran duda que se nos plantea es si nuestros sistemas de salud pueden afrontar la generalización del uso de estas técnicas».