Un estudio del grupo de Nefrología y Trasplante Renal del IDIBELL demuestra que los pacientes sometidos a trasplante renal que presentan células T reguladoras con alta expresión del factor FOXp3 demetilado, tanto en sangre como directamente en el órgano trasplantado, tienen una mejor evolución funcional del injerto.
Esto se debe a que estas células preservan su actividad supresora frente a la respuesta alogénica efectora (de rechazo a un órgano no reconocido). Los resultados de la investigación se han publicado en la edición electrónica de la revista American Journal of Transplantation.
La función más conocida de los linfocitos o células T en el contexto de aloinmunidad es la respuesta efectora o inflamatoria, que es precisamente la que provoca el rechazo en el trasplante de órganos. Pero existe un subtipo de células T, las reguladoras, que tienen como función justamente la regulación y modulación de esta respuesta inmunológica efectora: son inmunosupresoras y por tanto muy interesantes en el campo de los trasplantes.
El fenotipo más conocido de estas células es el que presenta el factor de transcripción FOXp3 pero en humanos, no siempre que las células T presentan este factor tienen función reguladora. Por este motivo los investigadores del IDIBELL decidieron caracterizar la epigenética de estas células. Es decir estudiar las modificaciones químicas presentes en el ADN del factor de transcripción FOXp3.
El estudio se ha realizado en dos grupos de pacientes de trasplante renal: unos con rechazo agudo y otros con rechazo subclínico (el funcionamiento del órgano trasplantado es bueno pero cuando se realiza una biopsia se detectan altos niveles de células T que sugieren un rechazo). “En pacientes con rechazo agudo, las células T presentaban una modificación epigenética (una metilación) en el factor FOXp3” ha explicado el investigador del IDIBELL y primer firmante del artículo Oriol Bestard, “mientras que los pacientes con rechazo subclínico y una buena función renal no tenían este cambio en FOXp3, el factor preservaba un estado demetilado”.
Así, este cambio epigenético en FOXp3 sirve como biomarcador de pronóstico en el trasplante de riñón. Si está demetilado sabemos que son células con función reguladora de la respuesta inmunológica que nos ayudarán a controlar el rechazo del órgano.
El objetivo final de la investigación es evitar que los pacientes sometidos a un trasplante renal tengan que someterse también a un tratamiento inmunosupresor con los efectos adversos que esto supone. “En Europa” ha explicado Bestard , “se han iniciado estudios clínicos preliminares con terapias celulares para infundir células T reguladoras a los pacientes trasplantados, con los resultados de este estudio la terapia sería más precisa porque infundiríamos sólo las células T reguladoras con el factor FOXp3 demetilado, que son realmente aquellas que tienen actividad inmunoreguladora”.
Referencia del artículo
Bestard O.*, Cuñetti L.*, Cruzado J.M.*, Lucia M.*, Valdez R.*, Olek S., Melilli E.*, Torras J.*, Mast R., Gomà M., Franquesa M.* and Grinyó J.M.*. Intragraft regulatory T cells in protocol biopsies retain Foxp3 Demethylation and are protective biomarkers for kidney graft outcome. American Journal of Transplantation. doi: 10.1111/j.1600-6143.2011.03633.x.
* Investigadores del IDIBELL
09/08/2011